Santiago de Chile.- Una iglesia y una sede social quedaron totalmente destruidas este sábado tras registrarse un ataque incendiario en la comuna de Contulmo, al sur de Chile, en la región del Biobío, zona donde se desarrolla un antiguo conflicto territorial entre el Estado, empresas de extracción maderera y comunidades indígenas.
Según medios locales, el ataque tuvo lugar durante la madrugada en el sector de Huillinco Alto, cuando un grupo de desconocidos percutió disparos en el lugar para luego quemar los inmuebles. No se registraron heridos.
Se trata del segundo ataque incendiario registrado en Contulmo esta semana, luego de que el pasado jueves cinco casas resultaran destruidas por la acción de terceros, además de cortes de ruta y enfrentamientos con fuerzas de seguridad.
El delegado presidencial provincial de Arauco, Humberto Toro, calificó los hechos de «inaceptables» y afirmó que los ataques son perpetrados por “grupitos que están tratando de generar actos de violencia en función de proteger a un delincuente”, haciendo referencia a Camilo Astete Catrileo, detenido por homicidio.
Desde mediados de 2022, en la zona rige un estado de excepción constitucional ratificado por el Congreso, herramienta constitucional que permite el despliegue militar en la zona para que ayude a Carabineros (Policía militarizada) a controlar el orden público, incluyendo vigilancia en las principales carreteras y caminos aledaños.
En La Araucanía y otras zonas del sur de Chile, como Biobío, existe desde hace décadas una disputa territorial entre el Estado, algunas comunidades mapuche y empresas forestales que explotan tierras consideradas ancestrales por los indígenas.
El pueblo mapuche, la etnia indígena más numerosa de Chile, reclama los territorios que habitaron durante siglos, antes de que fueran ocupadas a la fuerza por el Estado chileno a fines del siglo XIX en un proceso conocido oficialmente como la «Pacificación de La Araucanía» y que ahora pertenecen en su mayoría a empresas forestales.
En este contexto son frecuentes los ataques incendiarios a maquinaria y predios, un conflicto que le ha costado la vida a un gran número de comuneros mapuche a manos de agentes del Estado, registrándose además la muerte de policías y huelgas de hambre de presos indígenas.