REDACCIÓN.- Recientemente, los cielos de Nueva Jersey han sido escenario de una serie de avistamientos de drones que han generado preocupación entre las autoridades locales y los residentes.
Los dispositivos voladores, que alcanzan hasta 1.8 metros (6 pies) de diámetro, se han desplazado por varias regiones, desde las proximidades de la ciudad de Nueva York hasta áreas del oeste de Pensilvania, como Filadelfia, según informaciones citados por The Associated Press.
En algunos casos, los drones han sido vistos volando sin luces, lo que aumenta el misterio sobre su origen y propósito.
A pesar de los esfuerzos por detectar a estos objetos mediante helicópteros y otros métodos tradicionales de vigilancia, los drones han logrado evadir la detección. Esta evasión ha sumado un aire de incertidumbre, especialmente debido a la proximidad de los avistamientos a zonas sensibles, como el Picatinny Arsenal, una instalación de investigación militar, y un campo de golf en Bedminster relacionado con el presidente electo Donald Trump.
En Nueva Jersey, el uso de drones tanto recreativos como comerciales está permitido, pero se encuentra estrictamente regulado por la Administración Federal de Aviación (FAA). Los operadores deben contar con la debida certificación y cumplir con las restricciones de vuelo. No obstante, la sofisticación de los drones avistados sugiere que no son operados por usuarios comunes.
Aunque los avistamientos han ido en aumento, las autoridades han indicado que algunos de los objetos observados podrían haber sido aviones y que es posible que se haya reportado el mismo dispositivo en más de una ocasión. Sin embargo, las inquietudes sobre la situación siguen creciendo, y el congresista republicano Chris Smith ha solicitado apoyo militar al Departamento de Defensa para abordar la problemática.
El Pentágono, por su parte, ha descartado que los avistamientos sean producto de actividades extranjeras, afirmando que no hay evidencia de drones de origen hostil. En conferencia de prensa, la portavoz del Pentágono, Sabrina Singh, subrayó que la evaluación inicial de las agencias de seguridad no ha encontrado indicios de una amenaza proveniente de adversarios internacionales.
El gobernador de Nueva Jersey, Phil Murphy, también expresó su preocupación, reconociendo el malestar de la ciudadanía, pero aclaró que hasta el momento no parece haber una amenaza a la seguridad pública.
A pesar de los rumores y teorías sobre conspiraciones que circulan entre los residentes, algunos, como James Edwards, un habitante de Succasunna, instaron a esperar más información antes de que el miedo al desconocido se apodere de la comunidad.
En medio de la incertidumbre, el representante estatal Jeff Van Drew añadió una teoría que ha despertado controversia.
Según Van Drew, fuentes confiables le indicaron que los drones estarían siendo lanzados desde una supuesta «nave nodriza» iraní ubicada frente a las costas de EE.UU. Sin embargo, esta hipótesis fue rápidamente desmentida por el Pentágono, que negó la existencia de dicha nave en aguas estadounidenses.
A medida que los avistamientos continúan, las autoridades se enfrentan a un enigma que, por ahora, sigue sin resolverse, mientras la población aguarda respuestas sobre el origen y los posibles riesgos de los misteriosos drones.
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