Redacción Internacional.- Este lunes de resaca navideña se produjo una serie de tiroteos bien estudiados en varios puntos de Denver y Lakewood, Colorado. Cinco personas murieron ese mismo día, incluido el autor de los disparos, y una sexta falleció el martes en el hospital. Hay una séptima víctima, una policía que participó en el dispositivo de detención del responsable de la masacre y que permanece ingresada, recuperándose.
Podría parecer un tiroteo más de los que, demasiado habitualmente, llegan a las secciones de sucesos de los medios de comunicación de Estados Unidos. Pero ha resultado tener un trasfondo perturbador tras la identificación, por parte de las autoridades, de Lyndon McLeod como autor de los hechos.
McLeod, de 47 años, había sido propietario de una tienda de tatuajes – entre las víctimas se encuentran tres tatuadores- pero lo más llamativo es que también escribía novelas con el alias de Roman McClay y, en la trilogía Sanction publicada en 2018, describió unos asesinatos en un complejo de apartamentos muy similares.
Los crímenes literarios eran perpetrados por un personaje bautizado casi exactamente igual que el nombre real del escritor y tatuador: Lyndon MacLeod, por lo que existe la hipótesis de que estuviera recreando en la realidad lo que había plasmado en sus escritos.
Tanto por el contenido en sus redes sociales, para las que empleaba su pseudónimo, como por el contenido de ‘Sanction’, MacLeod ha sido tachado de misógino y racista, apoyando el supremacismo blanco.
Las autoridades locales han asegurado que el escritor y tatuador ya estaba «bajo el radar» policial desde hace dos años por sendas investigaciones en 2020 y 2021 que no se concretaron en ningún cargo.
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