Mientras las maldiciones por los interminables apagones se les pegan al Gobierno, leo: “Los apagones son fruto de la improvisación y negligencia de los funcionarios del sector eléctrico, excluyendo a Celso Marranzini, afirmó el experto Bernardo Castellanos”. (Hoy, página 14, 19/5/22). Pero Punta Catalina está apagada.
Sigo leyendo: “este viernes 20 entrarán cuatro plantas privadas para suplir 410 megavatios, hasta que entren plantas fuera de servicio por mantenimiento y fallas no previstas”, dice el ministro de Energía, Antonio Almonte. Punta Catalina está apagada. Leo más: “los apagones no se deben a deudas pendientes con las generadoras”, dice el ministro de Hacienda, Jochi Vicente. Catalina sigue apagada. Prosigo: “los apagones que afectan al país no son culpa de las empresas distribuidoras”, dice el administrador de Edesur, Milton Morrison. Y Catalina apagada…
Una negligente operación improvisada la dañó el 27 de marzo. Las pérdidas directas por no generar pueden superar US$18 millones. En vez de seguir culpando gobiernos anteriores, el único eficaz y preparado funcionario eléctrico quizás debe explicar por qué… ¡Catalina está apagada!
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