Bayrou presenta mañana las líneas del ajuste presupuestario para los próximos años

París.– París.- El primer ministro francés, François Bayrou, tiene previsto presentar mañana martes las orientaciones generales de un plan plurianual para enderezar el presupuesto nacional, para el que se busca una cura de austeridad que reduzca de forma drástica el déficit y el incremento de la deuda.

Bayrou, según filtraciones a la prensa, planea presentar un plan a cuatro años con varias medidas para tratar de dar un golpe de mano fiscal, pero lo afronta sin una mayoría parlamentaria en la Asamblea Nacional, lo que previsiblemente hará difícil la aprobación de las medidas.

El primer ministro, que llegó al cargo en diciembre pasado, lleva un par de meses advirtiendo de que Francia vive una situación "sin precedentes" que "sería irresponsable" no atajar.

El objetivo inicial es un esfuerzo de 40.000 millones de euros en el presupuesto de 2026 entre recortes de gastos y aumentos de ingresos.

Una de las medidas que el Gobierno ha sondeado es el llamado 'año en blanco', que supone congelar todos los gastos del Estado excepto defensa, el servicio de la deuda y la contribución a la Unión Europea.

Otras posibilidades filtradas sería eliminar la actualización automática de pensiones de jubilación en función de la inflación, así como congelar o reducir las ayudas sociales, limitar el aumento de los salarios en la función pública o revisar las ayudas públicas a las empresas.

Además, se aventura que los impuestos especiales puestos en marcha este año de forma temporal para las personas más ricas, y también para las mayores empresas, se mantengan o incluso se incrementen en los próximos ejercicios, dentro del objetivo del Gobierno de pedir un sacrificio a todas las capas sociales.

La izquierda ha pedido insistentemente apostar por esa vía, sobre todo después de que la pasada semana la revista Challenges publicó que la fortuna de los 500 franceses más ricos totalizó 1,228 billones de euros en 2024, frente a los 395.000 millones de diez años antes y los 153.000 millones de hace veinte años.

Urgencia por bajar el déficit  Sea como sea, Bayrou y su ejecutivo están bajo la urgencia de recortar el déficit público francés, que se ha descontrolado en los últimos años.

El déficit francés cerró 2024 en el 5,8 del producto interior bruto (PIB), el mayor de toda la zona euro y muy lejos del límite del 3 % que marcan las reglas europeas.

El Gobierno se ha marcado como objetivo reducir progresivamente el déficit al 5,4 % del PIB este año y al 4,6 % en 2026 para situarlo bajo el umbral del 3 % en 2029.

Sin embargo, el Tribunal de Cuentas advirtió a principios de este mes de que al ritmo actual de ajuste no será posible cumplir ese objetivo para 2029, por lo que recomendó tomar medidas más severas.

La urgencia por reducir el déficit llega unida por la propuesta del presidente Emmanuel Macron de incrementar el gasto de defensa, con 6.500 millones de euros adicionales en dos años, ante la creciente inestabilidad internacional.

Pero Macron pidió a Bayrou el complicado ejercicio de acomodar ese esfuerzo militar adicional sin recurrir a nueva deuda.  "Nuestra independencia militar es indisociable de la independencia financiera", adujo el presidente en un discurso en la noche del domingo en el Ministerio de Defensa.

Grave empeoramiento de la deuda    Y es que, paralelamente, la deuda pública francesa se ha ido incrementando y cerró el primer semestre de este año en 3,3458 billones de euros, lo que supone un 114 % del PIB nacional y ocho décimas más que al terminar 2024.

Desde el Gobierno y desde el Banco de Francia se advierte desde hace meses que la carga de la deuda, que era de 30.000 millones de euros anuales en 2020, supone actualmente 62.0000 millones y podría superar alcanzar los 100.000 millones en 2029 si no se corrige el déficit, para convertirse en la primera partida del presupuesto.

Esta delicada situación financiera del Estado francés se ha visto reflejada en los últimos dos años en los mercados de deuda, donde su posición se ha deteriorado gradualmente ante la menor confianza de los inversores.

Como consecuencia, el bono francés a 10 años se ha separado progresivamente del alemán, la referencia en la zona euro.

Por ejemplo, este lunes paga un interés anual del 3,415 %, una cifra superior a la de los países rescatados por la UE durante la crisis financiera de la pasada década, como Grecia o Portugal.