Río de Janeiro.- El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, que aspira a la reelección, generó este viernes una intensa polémica al extender una gigantesca bandera de Brasil en la sede de la Presidencia por tratarse no sólo del símbolo patrio sino también de uno de los emblemas de su campaña electoral.
El líder ultraderechista no sólo determinó que funcionarios de la propia Presidencia extendieran la bandera sino que, en una aparente provocación a sus opositores y a la justicia electoral, desafió a alguien a ordenar que retire el símbolo patrio de la edificación pública.
«Creo que nadie va a tener el coraje de pedirme que la retire o a amenazar con multarme. Se trata de la bandera brasileña», afirmó el capitán de la reserva del Ejército al insistir en que ningún juez puede interpretar el uso del símbolo patrio como parte de su campaña electoral.
La polémica obedece a que la campaña de Bolsonaro se apropió de la bandera brasileña como su símbolo y a que los colores verde y amarillo del pabellón son considerados como los distintivos de los llamados seguidores del mandatario, en contraposición a las históricas banderas rojas del opositor Partido de los Trabajadores (PT).
Esta formación de izquierda volvió a postular como su candidato a la jefatura de Estado al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, que venció la primera vuelta de las presidenciales el pasado 2 de octubre y es el favorito en el balotaje previsto para el 30 de octubre.
La gigantesca bandera fue extendida en la parte frontal del Palacio de Planalto y cubre gran parte de la fachada del edificio público pese a que, por tratarse de un bien del patrimonio nacional, no puede ser alterado ni usado para una campaña electoral.
El jefe de Estado ordenó que la bandera fuera extendida pocas horas después de que un juez electoral rechazara un recurso presentado por la campaña de Lula para exigirle a un importante templo evangélico en la ciudad de Belén que retire una bandera brasileña que igualmente cubre su fachada por considerar que se trata de proselitismo electoral.
«El PT presentó un recurso para que la enorme bandera de Brasil fuese retirada (del templo) porque el PT alega que se trata de propaganda electoral de Jair Bolsonaro. Pero, en esta oportunidad, la jueza actuó correctamente y rechazó el recurso. Se trata de un símbolo nacional y es un orgullo poderlo ver destacado en cualquier lugar», afirmó Bolsonaro.
Pese a que el líder ultraderechista insistió en que nadie puede interpretar su gesto como proselitismo electoral, uno de sus hijos, el senador Flavio Bolsonaro, publicó en las redes sociales una fotografía de la bandera extendida en la Presidencia junto al eslogan «Nuestra bandera jamás será roja».
Lula, que obtuvo el 48,4 % de los votos en la primera vuelta, y Bolsonaro, que recibió el 43,2 % de los sufragios, tendrán que definir la Presidencia en la segunda vuelta el 30 de octubre.
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