El impacto de la peste porcina en España preocupa al sector cárnico, volcado al exterior

Vetos internacionales a productos porcinos catalanes podrían generar excedentes y caídas en los precios del sector.

La detección del brote peste porcina africana Barcelona genera vetos internacionales y riesgos para la industria porcina catalana.

ESPAÑA.– El brote de peste porcina africana detectado en Barcelona (noreste de España) amenaza con tensar un sector industrial que en tres décadas, desde la última gran crisis, ha pasado de pequeñas explotaciones de cerdo para consumo local a unas doscientas empresas que mueven desde esta zona miles de millones de euros con la exportación.

Crisis sector porcino en Cataluña: antecedentes y cifras

Los primeros positivos detectados la semana pasada en dos hicieron reaparecer la sombra de una de las crisis más graves del sector porcino en Cataluña: la de 1997, cuando un foco de peste porcina clásica obligó a cerrar 3.000 granjas de golpe, el 17 % del total, y se llegaron a sacrificar 1,2 millones de animales.

Un estudio de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) cifra en 60 millones de euros el impacto económico de aquella crisis.

Aunque el brote actual se limite a animales salvajes, hoy el sector porcino español se juega mucho más, afirma a EFE la profesora del Departamento de Ciencia Animal de la Universitat de Lleida (UdL), Esther García.

"Hay más riesgo porque ha aumentado el volumen de producción", afirma García, que cita los 8 millones de cabezas de cerdos que produce Cataluña cada año, frente a las 700.000 de 1997, según datos del Ministerio de Agricultura.

"Producimos más de lo que podemos consumir", señala García, que resalta la importancia de las ventas internacionales para el sector.

Solo en 2023, Cataluña registró cerca de 3.200 millones de euros en exportaciones de porcino, el doble que hace una década.

Repercusiones y respuestas ante el brote

La profesora advierte de que los vetos decretados por países como Japón y México pueden provocar un excedente de producto y obligar a nuevas bajadas de precios -que ya registran caídas históricas-, con un impacto "sistémico" sobre las granjas de cerdos en la zona.

A finales de los 90, el sector estaba mucho más atomizado, con unas 14.000 granjas dedicadas al porcino enfocadas al mercado interno.

Hoy, quedan alrededor de 5.000 explotaciones, en su mayoría de crianza intensiva y vinculadas a las empresas "integradoras", como se conoce en la jerga técnica a las compañías cárnicas que suministran animales y pienso a los ganaderos.

Aun así, las asociaciones de productores cárnicos consideran prematuro evaluar el impacto económico del brote y confían en que el Gobierno español logre que más países de fuera de la UE limiten sus vetos a la provincia de Barcelona.