Los dominicanos debemos tener clara conciencia de los desafíos ante los problemas medioambientales, que no pueden verse miopemente desde un ángulo localista, sino a nivel planetario para enfrentar y detener el deterioro de recursos invaluables, a fin de preservar una vida sana y sostenible.
Con palabras sabias, muy elocuentes y de dramática advertencia, el presidente Barak Obama ha dicho que esta es la primera generación que de lleno comienza a sentir los efectos del calentamiento global y la última que tendrá la oportunidad de detener ese proceso.
En otras palabras, que no hay tiempo ni espacio para retrasar las medidas a impulsar, porque se ha llegado ya a niveles tan alarmantes en la acumulación de los gases de efecto invernado que cada vez más casquetes polares comienzan a desaparecer, mientras el clima en diferentes latitudes del globo produce cambios trastornadores en términos materiales y de vidas humanas.
De ahí la trascendencia del programa Soy Ecoeficiente, que impulsa el Banco Popular en colaboración con otras entidades para contribuir al fortalecimiento de mecanismos de diálogo entre la sociedad, la empresa privada y el sector público en torno a la adaptación al cambio climático.
En una reciente actividad que contó con la presencia de jóvenes estudiantes que narraron sus experiencias tras integrarse activamente al programa, se dieron a conocer los datos más recientes sobre los efectos físicos del cambio climático y sus impactos en el país, así como las respuestas del sector productivo y financiero ante este fenómeno climático en actividades económicas agrícolas y turísticas.
Con gran proyección y certeza, el programa se enfoca principalmente en crear conciencia del problema en los jóvenes para que desde sus hogares puedan ser agentes de un cambio efectivo en el comportamiento humano, ya que no basta con emprender acciones reactivas porque se requieren soluciones de alcances sostenibles y fortalecer la lucha a nivel global.
En su primera versión se desarrollará en el periodo escolar 2015-2016 con la participación de una población de 1,500 escolares pertenecientes a 25 comunidades educativas públicas y privadas de Santo Domingo, La Vega, Moca, Puerto Plata, San Francisco de Macorís, La Romana y San Pedro de Macorís.
Se trata, sin duda, una feliz e innovadora iniciativa que premiará la creatividad de los centros escolares dominicanos que propongan vías para mitigar las consecuencias negativas del cambio climático en sus entornos y soluciones adaptables a sus efectos adversos del calentamiento global.
Con este programa, el Popular sigue una tradición de servicio a la protección de la ecología y el medioambiente que ha tenido desde hace décadas como buque insignia al Plan Sierra, cuya importancia y contribución fue precisamente destacada por panelistas participantes en la actividad.
