El defensor del Pueblo, Pablo Ulloa, es un tipo con buenas intenciones, pero, como dice el adagio popular, «de buenas intenciones está lleno el infierno». Su propuesta para buscar una salida al tranque de la cesantía le ha buscado muchos problemas y hay quien le llama a rectificar. Adela dice que él está pensando en el próximo paso.
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