REDACCIÓN INTERNACIONAL.- El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, centró su discurso del tercer año de Gobierno en la llamada «guerra contra las pandillas» y afirmó se está a «punto de ganar», además enfatizó que el país «es soberano e independiente».
Bukele llegó la noche de este miércoles a la Asamblea Legislativa, de amplia mayoría oficialista, para brindar un discurso a la nación, que fue transmitido por cadena nacional de radio y de televisión.
El mandatario, de 40 años y que llegó a la Presidencia en 2019 bajo la bandera de la derechista Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA), no se refirió a temas relacionados con la economía, lo social o las más de 1.400 denuncias de violaciones a derechos humanos bajo el régimen de excepción vigente desde marzo.
El mandatario ha bautizado las acciones enmarcadas en el régimen de excepción, implementado desde finales de marzo tras una ola de violencia que se cobró la vida de 87 personas en tres días, como «guerra contra las pandillas».
Dicha medida, que suspende garantías constitucionales a los ciudadanos, ha sido fuertemente criticada por organismos de derechos humanos, pero respaldada por la mayoría de la población, según las encuestas.
«Estoy aquí para decirle a todos algo que muchos pensaron que era imposible y que hasta hace poco nadie hubiera creído que fuese así: estamos a punto de ganar la guerra contra las pandillas», dijo Bukele ante los aplausos de los diputados oficialistas.
En el marco de dicho estado, las autoridades han capturado a más de 36.000 supuestos pandilleros y personas vinculadas a estas bandas.
El mandatario aseguró: «Esta es la batalla más difícil que hemos conquistado hasta ahora, incluso mayor que la pandemia (por la covid-19) y vamos a seguir luchando para ganarla con todas nuestras fuerzas».
Las pandillas, un fenómeno considerado como herencia de la guerra civil (1980-1992) y que se fortaleció con la deportación de pandilleros de Estados Unidos, han resistido a los planes de seguridad implementados en las últimas cuatro Administraciones.
Dijo que no se empezó a «vencer a las pandillas con el régimen de excepción», sino que «esta victoria» la empezaron «a pensar y a preparar antes de asumir la Presidencia» y dieron el «primer paso» en junio de 2019 cuando lanzaron el Plan Control Territorial.
El Ejecutivo de Bukele presentó el referido plan para cortar las fuentes de financiamiento de las maras y retomar las zonas controladas por dichas bandas, en su mayoría barrios y colonias populosas.
La población en general desconoce un documento oficial que detalle el camino para atender desde el Estado el fenómeno de las pandillas.
El mandatario señaló que «cada fase del Plan Control Territorial fue pensada para ir desmantelando el sistema de impunidad y salvar vida de los salvadoreños».
Sin embargo, dicho plan no evitó la escalada de homicidios de finales de abril, que colocó el día 26 como el más violento de la historia reciente del país con 62 muertes violentas.
Bukele llamó a «todos» los salvadoreños a que «apoyemos sin titubeos esta batalla» y que «no desaprovechemos la única oportunidad que vamos a tener».
«Esta es una guerra entre todos los salvadoreños honrados contra los criminales que nos tuvieron con la zozobra, el luto y la miseria por años», acotó.
De acuerdo con Bukele, después del conflicto armado (1980-1992), en el que la exguerrilla del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) se enfrentó al Ejército financiado por los Estados Unidos, 120.000 salvadoreños fueron «asesinados por las pandillas».
El presidente dijo nuevamente que «El Salvador es un país soberano» y que «el mensaje va para nuestros amigos y tan amigos de la comunidad internacional».
«El Salvador es un país soberano. Aquí vamos a tomar las decisiones para nosotros y nuestro futuro, todos los que quieran apoyarnos son bienvenidos a construir este sueño con nosotros, pero los que no mejor apártense», expresó.
Señaló: «No vamos a permitir a que vengan a nuestra casa a decirnos qué hacer o a darnos ordenes».
«Algunos países dicen estar preocupados por los cambios profundos que hemos hecho y las decisiones que estamos tomando, pero esos mismos países callan o son cómplices de verdaderas atrocidades que ocurren en el mundo y ahí no dicen nada», aseguró.
Añadió: «Queremos tener buenas relaciones con otros países, queremos ser aliados, amigos, socios, pero no colonia, ni patio trasero, ni patio delantero como le quieren decir ahora».
La relación del Gobierno salvadoreño y la comunidad internacional, principalmente con Estados Unidos, se tensó desde mayo de 2021, cuando los aliados de Bukele en el Congreso destituyeron al fiscal general y los magistrados constitucionalistas del Supremo.
Desde entonces, el mandatario ha acusado a EE.UU. de financiar a su oposición.
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