Redacción Internacional.- El Departamento de Policía de Honolulu ha descubierto que la niña hawaiana que desapareció presuntamente en septiembre de 2021, llamada Ariel Kalua, fue asesinada por sus padres en una jaula. Las declaraciones de la hermana de la menor han revelado que los padres, acusados del asesinato la semana pasada, presuntamente ataron a la niña con cinta adhesiva y la mantuvieron encerrada en una jaula para perros en el cuarto de baño desde el mes de agosto, según publica FowNews.
La pareja arrestada, Lehua Kalua, de 43 años, y su marido »Sonny» Kalua, de 52, denunciaron previamente que el 13 de septiembre su hija Isabella »Ariel» Kalua había desaparecido cuando se encontraba en su habitación. Sin embargo, los investigadores creen que la niña ya había fallecido en el mes de agosto.
Sin rastro del cuerpo.
La Policía de Honululu y el FBI han buscado a la niña en la casa de la pareja y en el lugar de trabajo del marido, el astillero naval de Pearl Harbor. Sin embargo, a pesar de la exhaustiva búsqueda el cuerpo de la menor aún no ha sido encontrado.
Vídeos de seguridad de cámaras cercanas a la zona muestran a Ariel con vida el 18 de agosto, por lo que su presunto asesinato tuvo que suceder en fechas posteriores.
La hermana biológica de 11 años de Ariel, identificada como I.M.K. para preservar su seguridad, ha confesado que los padres de la víctima le pidieron a la niña guardar en secreto lo ocurrido a Ariel unos meses antes.
En una jaula para perros.
Según el medio mencionado, ha sido gracias a declaraciones de la hermana recogidas en un interrogatorio como se ha averiguado el posible destino de la niña. Según la hermana, su madre le despertó a las 3:30 horas de la madrugada y le dijo que le acompañase para ver cómo estaba su hermana. Cuando llegaron la niña descubrió a su hermana en la jaula con cinta adhesiva en la boca y la nariz y que ya no respiraba.
La madre metió a Ariel en una bañera con agua para intentar que despertara pero no surtió efecto. La hermana transportó a la niña con su madre a un dormitorio y, tras ello, mandaron a la niña a la cama.
En sus declaraciones también afirmó que el padre había fingido tener COVID-19 para así ausentarse del trabajo y poder ayudar a su madre a hacer a la niña desaparecer. Confesó que el día 20 de agosto de 2021 fue a un hospital para ser tratado por síntomas COVID-19 y no fue al trabajo en las siguientes dos semanas.
La madre compró la jaula del perro por Internet porque, según la niña »Ariel se escabullía por la noche y quería comer porque tenía hambre». La madre compró la jaula para evitar que la niña comiera por la noche.
Un plan premeditado.
El oficial Joe Patterson acudió al domicilio de la familia en la calle Puha en Wainmalo en torno a las 6:25 horas de la madrugada del 13 de septiembre. Cuando llegó, la madre le dijo al oficial que llevaba 21 horas sin ver a la niña y que había desaparecido tras acostarla en su cama.
La madre alegó que la niña era propensa a salir corriendo abriendo puertas y ventanas y que era posible que hubiese escapado. Los investigadores contactaron con los padres biológicos de la niña, Melanie Joseph y Adam Sellers, los cuales no tenían ni idea de donde podría estar la niña.
Los presuntos asesinos fueron arrestados el pasado miércoles y se encuentran bajo detención sin fianza. El pasado viernes comparecieron ante el Tribunal de Familia y la jueza. El Defensor Público del Estado, James Tabe, se declaró inocente por ellos, según confirma FoxNews.
El caso se convirtió en una investigación por asesinato al final de la semana pasada.
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