He visto brillar el sol y avanzar la luna en todo su esplendor. Job 31: 26.
Cada día que pasa es un regalo de Dios. Todos están llenos de detalles tan hermosos y tan placenteros que rodean nuestra vida, demostrándonos que Él nos cuida. Es Su mayor satisfacción cuando nos gozamos de todo lo que nos provee.
Estos detalles debemos valorarlos, dándole las gracias todos los días por el paisaje que nos presenta cuando sale el sol, el cielo cuando se llena de estrellas, la luna cuando alumbra la oscuridad, el sonido que provocan las aguas de los ríos, el viento cuando sopla en todas las direcciones.
Y más que todo, agradezcamos Su presencia, que nos acompaña todos los días, renovando nuestro espíritu, dándonos paz en medio de las tormentas y cubriéndonos con Su nube de gloria, para que no quepa duda de que es Dios que está con nosotros. Pero si todo esto se ha hecho una costumbre y no logras verlo como Él quiere que lo veas, pídele que pase colirio por tus ojos, para no perder algún detalle de la majestuosidad con la cual tú has sido bendecido por Dios, demostrándonos que él nos cuida.