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Batalla Electoral 2024

Cambiarlo todo

El cambio deberá ser profundo, o no será. Deberá  ir a la raíz de los males acumulados, a sus causas estructurales e institucionales, para no quedarse en variaciones superficiales que temporalmente encumbren  la fábrica de degradaciones, despotismos, desigualdades, corrupciones y empobrecimiento…que luego repuntan con  más fuerza y mayor volumen.

…Como pasó recientemente  con el falso dilema Danilo o Leonel.

…Como ha pasado en los últimos cincuenta años, luego de bloqueada la Constitución de 1963 y la revolución democrática y popular de 1965: PR-Balaguer, PRD-Guzmán-Majluta-Jorge Blanco, PRSC-Balaguer, PLD-Leonel, PRD-Hipólito, PLD-Leonel, PLD-Danilo…

Algunos dicen que el PRM es otra cosa, mientras observamos que es el grueso del PRD con otro nombre.

Vemos que su pre-candidatura a la Alcaldía capitaleña se dirimió entre un representante de la partidocracia corrompida y uno de la más rancia y portentosa burguesía local, aliada a la extrema derecha social y política estadounidense; y ya saben quién se impuso. Miramos que  le han hecho muchísimas trampas, y hasta le robaron la matrícula, sin decidirse a impugnar las instituciones parciales y corrompidas.

No es solo el PLD que no sirve. No son exclusivamente el PRD y el PRSC que están extinguiéndose o deteriorándose. Es todo este sistema de partidos que está en decadencia, incapacitado para producir cambios sustanciales. Incluidas ciertas izquierdas que dejaron de serlo  para  asociarse a ciertas derechas o imitar sus inconductas.

¿Es esta Constitución fuente de dictadura o de democracia? ¿Y la del 1966?

¿Con qué dinero se financian  esos partidos?

Dinero del Estado morado, de la corrupción gubernamental,  de la corrupción privada (incluida narco-corrupción)…y dinero de las grandes fortunas acumuladas por la burguesía transnacional y local.

¿A cuáles intereses, en consecuencia, habrán de responder sus receptores?

Las respuestas son obvias.

Ahora compiten un consorcio que controla  el Estado delictivo con una parte del sistema de partidos que no entró en sus fauces voraces, sin energía para actuar como real oposición; lo que no pinta cambio real por ningún lado.

Para comenzar a crear las fuerzas del cambio necesario hay que proponerse saltar la trampa de esta Constitución, sistema de partidos, JCE, TSE, Congreso, poderes fácticos y financiamientos espurios…

Hay que atreverse a desconocer esos engendros decadentes, sembrar  contrapoder popular y  crear poder constituyente soberana; impulsarlos desde los movimientos políticos-sociales en lucha, para que el pueblo movilizado pueda decidir  el Estado, sistema político, modelo económico-social… país y sociedad que quiere. Como pasó -y está pasando- en Bolivia, Ecuador, Venezuela…principalmente en Bolivia.

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