MADRID.- «Me da más satisfacción ayudar a los demás que ser diseñadora de moda», dice la empresaria venezolana Carolina Herrera, que este jueves recibe en Madrid el premio a Toda una Vida Profesional José Manuel Martínez Martínez, «por su capacidad real de mejorar el mundo«.
Con su mítica camisa blanca, pantalón negro y tacones bicolor, Herrera (Caracas, 1939), reconocida en todo el mundo, se mostró «fascinada» con este premio, mas cuando su trabajo ha sido para que las mujeres y hombres «se pongan fantásticos».
Dentro del marco de los Premios Sociales de la Fundación Mapfre, que reconocen a quienes «dedican su vida a mejorar la de los demás», la venezolana apunta que «cada uno tiene que poner de su parte para ayudar a los demás».
Fundó su propia casa de modas en 1981. Su primera colección la confeccionó en su tierra para después presentarla en Nueva York, donde su diseños llamaron la atención de las neoyorquinas que la convirtieron en su diseñadora de cabecera.
Ivana Trump, Kathleen Turner, Nancy Reagan o Jacqueline Kennedy Onassis han sido algunas de sus clientas, pero el diseño que le catapultó al Olimpo del diseño fue el vestido de novia que ideo para en 1986.
A lo largo de cuatro décadas se ha ido abriendo hueco dentro del sector hasta contar a día de hoy con presencia en más de 140 países y erigir su marca como una de las imprescindibles dentro del sector de lujo a nivel internacional.
Pero no solo se ha empeñado en embellecer a las mujeres con valiosas puntadas como la sobriedad o el clasicismo, también se ha implicado en ayuda humanitaria como la malnutrición o el cáncer con la Fundación Aladina que promueve el bienestar de la infancia y el empoderamiento de la mujer, principalmente a través de la formación.
Una labor en la que se ha implicado mucho más desde que anunció su retirada y se convirtió en embajadora global de la marca. «Trato de ayudar en varios proyectos destinados a niños y mujeres«, explica Herrera quien apunta que está disponible, «todos los que necesiten ayuda allí estaré».
Su compromiso con la igualdad de género y con el desarrollo de la mujer, le ha llevado, además, a colaborar con varias asociaciones, como «Dress for Success», en Estados Unidos, o «Fundación Ared» y «Fundación Quiero Trabajo», en España, que aspiran a proporcionar a las mujeres los medios necesarios para lograr independencia económica.
Con los niños también está volcada y le hace especial ilusión colaborar con «FundaHígado» en Latinoamérica y Estados Unidos, «personas entregadas en el trasplante de hígados para niños que sus familias no pueden costearlo», indica la diseñadora que prefiere ayudar desde el anonimato, «hay que ayudar desde dentro».
La venezolana, que con solo 13 años ya vio un desfile de Balenciaga, encabeza la lista de las mujeres más elegantes, tiene un estilo constante que con gran maestría ha trasladado a su firma y ha hecho que sus prendas sean muy reconocibles.
Una experiencia que ha traslado también a asociaciones en Chile y Venezuela donde «mujeres crean sus propios diseños y aprenden a cosas», dice Herrera, que desea muy pronto crear su propia fundación donde mujeres desarrollen moda que se muestra en pasarelas.
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