LONDRES.- Las vacunas han reducido la mortalidad infantil en los países más pobres en un 70 % durante las últimas dos décadas, pero casi 10 millones de niños siguen sin ser vacunados, lo que les hace vulnerables a enfermedades como la poliomielitis, el sarampión o la neumonía.
Así lo refleja un estudio liderado por la Universidad de Montreal (Canadá) que publica The Lancet Global, en el que analiza algunas de las causas de este retraso.
Más del 65 % de esos 10 millones de niños no vacunados, a los que denomina de «dosis cero», vive por debajo del umbral de la pobreza en pueblos, suburbios marginales o zonas en conflicto, y en familias cuyos ingresos diarios no superan los 2,35 dólares (2,06 euros), señalan los autores.
No obstante, se preguntan si solo la pobreza, el fracaso de los Gobiernos y sus sistemas sanitarios para llegar a los más desfavorecidos, o la imposibilidad para superar las arraigadas diferencias sociales explican esta situación.
Para dar respuesta a esta cuestión, la Universidad de Montreal y colegas de la Universidad de Pune (India) examinaron encuestas nacionales efectuadas por las autoridades indias entre 1992 y 2016, con datos de unos 73.000 niños de entre 12 y 23 meses, la edad estándar para ciertas campañas de vacunación.
Constataron, primero, que India ha efectuado grandes progresos durante ese periodo, pues la proporción de niños de «dosis cero» cayó del 33 al 10 % en 24 años.
Pero también confirmaron que, en 2016, la mayoría de los no vacunados se concentraba en los grupos más desfavorecidos, en hogares de rentas bajas y en bebés nacidos de madres sin educación formal.
Asimismo, detectaron que los no vacunados, en comparación con los vacunados, tienen más posibilidades de padecer malnutrición, como demuestra el hecho de que, en 1992, el 41 % de «dosis cero» presentaba «graves retrasos de crecimiento», frente al 29 % de los segundos.
Veinticinco años después, esa relación era aún desproporcionada, del 25 % frente al 19 %, lamentan los autores, que estiman que, en total, hay uno 2,9 millones de niños no vacunados India, concentrados, sobre todo, en estados y distritos menos desarrollados y en varias zonas urbanas.
«Estos niños siguen perteneciendo a los grupos socialmente desfavorecidos, incluidos los hogares rurales, los hogares más pobres, los musulmanes, con madres con menos educación y con embarazadas que no se benefician plenamente de los servicios de salud», observa Sunil Rajpal, de la Universidad de Pune.
Al trasladar estos resultados al contexto global, los autores subrayan que el «estado de dosis cero» es un «indicador importante» de «vulnerabilidad» ligada «a una situación de desventaja sistemática» para toda la vida.
Por ello, insisten en la necesidad de identificarlo cuanto antes para hacer frente a los «complejos factores» que provocan desigualdades, de manera que las autoridades puedan combatir las «desigualdades intrageneracionales».
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