REDACCIÓN. – Haití enfrenta una crisis de violencia extrema y parálisis de su principal puerta de entrada, el aeropuerto internacional Toussaint Louverture, que permanece cerrado desde el lunes 11 de noviembre, día en que el nuevo gobierno tomó posesión.
El cierre se debió a ataques armados contra aviones que intentaron aterrizar en el aeropuerto, lo que llevó a todas las aerolíneas a suspender sus vuelos al país, agravando el aislamiento y limitando la entrada de ayuda humanitaria y apoyo internacional.
Desde su asunción, el nuevo gabinete liderado por el Primer Ministro Alix Didier Fils-Aimé y el Consejo de Protección de Transporte (CPT) no ha implementado medidas concretas para contener la violencia ni restaurar la operatividad del aeropuerto. Según el medio haitiano Radio Télé Métronome, el primer ministro y las autoridades están enfocadas en la formación de su gabinete, un proceso de prueba y error en el que varios ex ministros aún sin el alta de sus gestiones previas podrían integrarse al equipo.
La ausencia de medidas inmediatas ha suscitado críticas tanto a nivel nacional como internacional, especialmente en un contexto donde la violencia pandillera sigue escalando, afectando no solo la seguridad pública, sino también sectores clave como la economía y el transporte. Los ataques en el aeropuerto Toussaint Louverture han generado un bloqueo en las conexiones aéreas del país, lo que obstaculiza tanto las actividades comerciales como la entrada de apoyo humanitario en un momento de máxima necesidad.
Con un panorama de inseguridad sin precedentes y sin planes de acción concretos visibles por parte del gobierno, la población y la comunidad internacional esperan una respuesta que permita devolver la estabilidad al país y proteger sus infraestructuras vitales, incluida la reapertura segura del aeropuerto.
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