Redacción.- El cierre de la frontera entre la República Dominicana y Haití por la disputa del río Masacre ha provocado que las clínicas y hospitales al este de la capital de Haití a lo largo de la frontera de 220 millas se hayan visto obligados a rechazar a los pacientes mientras racionan la anestesia y otros suministros médicos, así lo expresa un escrito del Miami Herald.
Temen que sea sólo cuestión de días antes de que algunas instalaciones no tengan más remedio que cerrar por completo.
Según el diario, las pérdidas financieras derivadas del cierre también se están extendiendo. Las zonas francas de Caracol y CODEVI, y el parque industrial de Puerto Príncipe, están sufriendo porque las fábricas cercanas a las ciudades de Ouanaminthe y Dajabón, a ambos lados del río, no pueden conseguir materias primas y se ven obligadas a suspender operaciones, afectando los medios de vida de unos 200.000 trabajadores en ambos lados de la frontera.
Desde hace varios días, decenas de contenedores de carga con destino a Estados Unidos con camisetas de Hanes y otros productos de las principales marcas estadounidenses y canadienses están paralizados. Los camiones con los productos de más de una docena de fábricas ubicadas en la frontera no han podido cruzar a la República Dominicana, desde donde tradicionalmente realizan envíos, y no han podido dirigirse a un puerto haitiano por temor de las autoridades locales a que la emotiva situación La población se molestará y tomará represalias pensando que son exportaciones dominicanas. Del lado dominicano, más de un millón de huevos se pudren cada día porque no pueden venderse al otro lado de la frontera en los mercados haitianos.
Desde que comenzó el cierre las posiciones de ambos lados se han endurecido. Los haitianos, que ven la postura dominicana como una afrenta a su soberanía y una violación del tratado, se han manifestado en torno a la construcción del canal, donando dinero y material de construcción. Los dominicanos están divididos. Si bien la extrema derecha aplaudió la medida de Abinader, los políticos de la oposición y los líderes empresariales dependientes del comercio con Haití lo acusaron de ir demasiado lejos.