La acumulación de aguas cloacales genera riesgos sanitarios y limita actividades en Santo Domingo Este.
Santo Domingo.– A más de tres semanas desde que una cloaca se desbordó en el barrio Los Trinitarios Segundo, en Santo Domingo Este, la situación sigue sin corregirse, obligando a los residentes a convivir entre el hedor y el temor a un brote de enfermedades.
Ante el colapso del sistema, algunos vecinos han tenido que improvisar soluciones para evitar que las aguas residuales inunden sus hogares. Eddy Acevedo explicó que instaló un tubo y una llave de paso para impedir que el agua contaminada vuelva a subir por los baños, como ya ha ocurrido.
"Esta casa se inunda de materia fecal adentro y tuvimos que estar sacándola con escobas, y si yo no pongo esa llave de paso ahí, se estaba yendo todo para los baños míos", relató.
Los comunitarios afirman que todo el tramo de la calle José Francisco Castellano permanece afectado y que el rastro de aguas sucias se ha convertido en una amenaza constante para la salud.
"El bajo… Ese bajo no lo aguanta uno. Es un bajo malo, que quiten ese bajo, que no se aguanta", expresó una de las afectadas.
Maribel de los Santos añadió que la insalubridad limita las actividades de las familias, especialmente de los niños, quienes no pueden jugar en la calle debido al mal olor y la acumulación de bacterias.
"Tenemos que estar trancando… porque como tú puedes ver cómo está la calle y todas las bacterias, y mira cómo es para uno pasar", comentó.
Otro residente, Francisco Hernández, aseguró que ya hay personas enfermas en la zona.
"Estamos abandonados y se están enfermando hasta los niños aquí… Uno se siente mal porque entra a las habitaciones el mal olor de esa cloaca", dijo.
Aunque los moradores reconocen que brigadas han visitado el lugar, afirman que el problema persiste. Denuncian que, con cada día que pasa, aumentan los mosquitos, las enfermedades respiratorias y los riesgos sanitarios.
Los residentes de Los Trinitarios Segundo claman por una intervención urgente y una solución definitiva a este problema que, aseguran, pone en peligro su salud y su calidad de vida.