Santo Domingo.- El 19 de febrero de 1961, apenas tres meses antes del asesinato de Rafael Leónidas Trujillo, el Buró Federal de Investigaciones (FBI) documentó un operativo de cabildeo montado por el régimen dominicano en Washington. Clasificado como “confidencial” y hoy desclasificado, el memorando detalla cómo Michael B. Deane, agente registrado del gobierno de Trujillo en Estados Unidos, buscaba influenciar al senador George A. Smathers (Florida) para evitar que la administración de John F. Kennedy sancionara económicamente a la dictadura caribeña.
La maniobra diplomática tenía un objetivo específico: impedir que el nuevo gobierno solicitara legislación para excluir a República Dominicana del sistema de cuotas azucareras, un golpe económico que el régimen no podía permitirse. Para ello, Deane y un intermediario conocido como “Matty” Matthews sostuvieron conversaciones estratégicas que rozaban el soborno, aunque cuidadosamente disfrazado.
Ambos acordaron que no mencionarían abiertamente “cubrir la cuenta”, pero entendían que se trataba de un “tema de dinero”.
El documento menciona que altos funcionarios dominicanos, entre ellos Manuel de Moya y Oscar Guaroa Ginebra, fueron enviados a Estados Unidos para manejar el asunto directamente. Se confiaba en los vínculos personales de Smathers con figuras como William Pawley, empresario con intereses financieros en América Latina y exembajador en Brasil, para inclinar la balanza a favor del régimen dominicano.
El tono del memorando revela preocupación por la imagen pública del senador Smathers, quien ya había sido criticado en Florida por sus intentos de presentar a Trujillo como una figura estabilizadora en la región. A pesar de ello, se creía que él “estaba a favor de esto”, según consta en el reporte.
Este episodio ofrece una radiografía nítida de las últimas maniobras de una dictadura tambaleante que, pese a su aislamiento internacional, intentaba asegurar oxígeno político y económico negociando con el poder legislativo estadounidense.
El documento cobra especial relevancia si se considera su fecha: fue redactado menos de dos semanas después de la toma de posesión de John F. Kennedy y tres meses antes del ajusticiamiento de Trujillo, el 30 de mayo de 1961. En ese corto lapso, el tablero político cambió drásticamente: la dictadura se derrumbó y Estados Unidos pasó a apostar por una transición democrática en República Dominicana, temeroso de que otra revolución al estilo cubano tomara forma en el Caribe.
Más allá del dato histórico, el documento ilustra cómo las redes de influencia y el lobbying pueden cruzar fronteras, incluso en contextos autoritarios. Trujillo cayó, pero el rastro de su diplomacia informal aún ofrece lecciones sobre poder, propaganda y decadencia.