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Compra y venta de bienes del Estado

Ya sea en acciones de las Edes, de Itabo, de Ege Haina, de las Catalinas o de la Refinería, tendría mucho sentido que los fondos de pensiones inviertan en ellas, en su condición de socio minoritario, para que los obreros dominicanos reciban para sus pensiones una renta superior a lo poco que dejan los bonos del Estado.

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En el presupuesto original de este 2021 se consideró una partida de ingresos proveniente de la venta de bienes del Estado. Se entendía que se trataba de acciones del capital de EdeEste, Edenorte o Edesur o, de las Catalinas, Itabo, Ege Haina o la Refinería de Petróleo. Mientras mayor fuese el valor de esos bienes vendidos menor serían los recursos que tendrían que provenir de una reforma tributaria, sobre todo porque una mejor administración de las Edes, al estar en manos privadas, reduciría el enorme déficit del sector energético y que hoy día también incluye a la Refinería de Petróleo, dado el congelamiento de los precios de la gasolina, coincidiendo con un aumento en el valor del crudo.

Pero hasta ahora ha sido lo contrario, pues no solo no se han vendido ninguno de esos bienes sino que se han comprado, por unos US$88 millones, las acciones de Petróleos de Venezuela, S.A. (PDVSA) en la Refinería. Cuando se propuso que las acciones que habían pertenecido a la Shell fuesen adquiridas por PDVSA el presidente Leonel Fernández, así como los “Vinchos”, argumentaron que esa operación resultaría en un mayor volumen de financiamiento blando bajo Petrocaribe, menores precios del crudo venezolano y recursos económicos y técnicos para expandir la Refinería. Nada de eso se logró. El administrador de PDVSA públicamente declaró en ese entonces que no le interesaba invertir en la refinería dominicana, pero predominó la opinión de los presidentes Hugo Chávez y Leonel Fernández. Hoy día tuvo sentido la recompra de esas acciones pues permitirá expandir la Refinería y buscarle un socio estratégico.

Las pérdidas de las tres distribuidoras son enormes. Se tenía pensado que manejadas por el PRM estas se reducirían, pero ha ocurrido lo contrario. Con la capacidad de generación adicional proveniente de las Catalinas las distribuidoras pueden ahora ofrecer más luz y sin apagones, lo cual hace muy popular al gobierno y a las Edes, pero como una tercera parte del valor de sus ventas no se cobra, con ese mayor volumen de venta el déficit ha aumentado y es financiado por el ministerio de Hacienda, el cual tiene, además, que financiar los déficits de la Refinería y pagar los intereses de la deuda nacional y la empleomanía pública. Debido a eso queda poco para nuevas obras públicas.

Tiene sentido posponer la venta de acciones en las Catalinas hasta que estas pertenezcan a una corporación hoy inexistente y que esta posea estados financieros auditados y se sepa en qué quedó el litigio con Odebrecht, su constructora. Se está buscando un administrador técnico y después de un año operando bajo esa nueva administración es que se conocerán sus costos. Una vez se defina el mecanismo del precio de venta de la generación de las Catalinas, hoy día venden bajo un privilegio que no poseen sus competidoras, entonces se sabrá el valor real de su capital.

Ya sea en acciones de las Edes, de Itabo, de Ege Haina, de las Catalinas o de la Refinería, tendría mucho sentido que los fondos de pensiones inviertan en ellas, en su condición de socio minoritario, para que los obreros dominicanos reciban para sus pensiones una renta superior a lo poco que dejan los bonos del Estado dominicano, que es donde se invierten hoy esos fondos.

Bajo este esquema se benefician los pensionados, se reduce el déficit fiscal y la deuda nacional dejaría de crecer tanto.

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