Santo Domingo.- Al perder las esperanzas de poder identificar a sus familiares, víctimas de explosión en San Cristóbal, sus dolientes decidieron este domingo para realizar un culto evangélico para dar el último adiós y cerrar un ciclo que según afirmaron, los deja con un inmenso vacío ya que no tienen una tumba donde llevar flores.
Los días han pasado, pero las lágrimas y el dolor de varias familias en San Cristóbal no paran.
Aunque varios kilómetros de distancia separan a Los Dipre Veras que residen en Najayo Arriba y los Mateo Uribe, quienes son oriundos del sector El Borinquén En San Rafael, San Cristóbal, el dolor y la pérdida de sus queridos y en circunstancias muy parecidas los une.
Ángel Luis Uribe Méndez de unos 40 años y su esposa Luz Esther Mateo de 41, fallecieron junto a la niña Paulett Brea. Sin embargo, la identificación de sus restos no fue posible.
La similitud con las víctimas Carlos Geovanni Veras de 56 años e Irma Miranda de 37, pues justo acudieron también a realizar unas compras en el lugar, aunque de estos el espeso pudo ser identificado.
Esta pareja dejó tres hijos en la orfandad, de los cuales, dos son menores de edad.
De las 38 víctimas que dejó la explosión de San Cristóbal, un 12 están pendientes por identificar, así lo reiteran sus parientes, quienes recibieron el informe de las autoridades y donde se les informó que en el INACIF reposan cuatro segmentos, lo cuales no son compatibles con los reclamantes.
Con cultos cristianos, familiares y amigos despidieron a los suyos, pero sin haber visto su cuerpo por última vez.
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