La constancia en el movimiento diario, incluso con actividades ligeras, puede marcar una gran diferencia en la calidad del sueño y la salud en general.
REDACCIÓN. - Un estudio reciente realizado por investigadores de la Universidad de Texas en Austin encontró que mantener una rutina diaria de actividad física, incluso de baja intensidad, puede tener un impacto positivo en la calidad del sueño y en el bienestar general.
Los resultados de la investigación, publicados en Journal of Physical Activity and Health, mostraron que los participantes que se movían con mayor regularidad, incluyendo ejercicios moderados o intensos por al menos 10 minutos diarios, experimentaron un sueño más profundo, especialmente en la fase no REM, crucial para la recuperación mental y física.
“Eso es justo lo que se busca”, explicó el autor del estudio, refiriéndose a los beneficios observados en quienes hacían ejercicio con mayor frecuencia. Incluso actividades tan simples como caminar o permanecer de pie durante el día se vincularon a patrones de sueño más saludables y mejor estado de ánimo al despertar.
Aunque el análisis se centró en estudiantes universitarios, el equipo de investigación planea ampliar el estudio a una muestra más diversa como parte de una investigación a largo plazo. Uno de los hallazgos más destacados sugiere que moverse todos los días podría ser más beneficioso para el descanso nocturno que concentrar el ejercicio únicamente los fines de semana.
“Las guías actuales no consideran la frecuencia como un factor clave para la calidad del sueño. Esto podría cambiar si futuras investigaciones confirman nuestros hallazgos”, comentó uno de los expertos.
La actividad física, de acuerdo con organizaciones internacionales como la OMS y la OPS, no solo ayuda a mantener un peso saludable y fortalecer los huesos, sino que también reduce el riesgo de enfermedades como hipertensión, diabetes, depresión y ciertos tipos de cáncer.
Más allá del descanso, los científicos también destacaron los efectos del ejercicio sobre la salud cerebral. “Dormir bien permite que el cerebro procese información, elimine toxinas y se prepare para el día siguiente. Es fundamental para la memoria, la energía y la estabilidad emocional”, señaló otro de los investigadores.
El mensaje principal del estudio es claro: no es necesario realizar ejercicios intensos para obtener beneficios.
La constancia en el movimiento diario, incluso con actividades ligeras, puede marcar una gran diferencia en la calidad del sueño y la salud en general.