Santiago.- El Primer Tribunal Colegiado de Santiago condenó a 20 años de prisión a un hombre identificado como Anderson Leonel Bonilla Perdomo, acusado de asociación de malhechores, robo agravado con fractura y escalamiento, así como por el uso de arma de fuego ilegal, luego de que, junto a otros, ya arrestados, cometiera atracos a mano armada en varios establecimientos comerciales, incluyendo cabañas turísticas.
De acuerdo con las autoridades, el procesado es miembro de una estructura criminal que tenía como objetivo cometer robos y asaltos a mano armada en distintos establecimientos comerciales, incluyendo en estos alojamientos propiedad de ciudadanos de origen asiático.
En su acusación, la Fiscalía de Santiago, expuso que Bonilla Perdomo, junto a sus socios en la organización, penetró, en calidad de huésped, a la Cabaña Eclipse, ubicada en el sector Canabacoa, desde donde vigilaban los movimientos de la gerencia y empleados.
Una vez estudiaron el lugar, el condenado y sus socios penetraron al área de oficina de la cabaña, alrededor de las 12:00 de la madrugada y, haciendo uso de un arma de fuego, encañonaron a la víctima Yanping Xu (Katy), contra quien ejercieron intimidación, constreñimiento, y amenazas de muerte, para que, luego de trasladarla al segundo nivel de la oficina, revelara los códigos para abrir la caja fuerte, cuyas llaves arrebataron de las manos.
Teniendo en su poder a la mujer, a la cual ataron con tairrá, los delincuentes procedieron a abrir la caja fuerte desde donde sustrajeron más de un millón ochocientos mil pesos dominicanos, y cinco mil dólares americanos. También, de la caja registradora principal, robaron la cantidad de 30 mil pesos.
Además del dinero en efectivo, prendas, cigarrillos, bebidas alcohólicas y otros efectos de valor, los criminales sustrajeron un revolver marca Tauro, cañón corto y otra arma de fuego calibre 9 milímetros, además de un celular IPhone.
La relación circunstanciada que el Ministerio Público relata en su escrito de acusación señala que los delincuentes lograron tomar el control de todas las áreas del establecimiento, que ataron de pies y manos a los empleados, mientras los amenazaban de muerte, apuntándole con el arma de fuego.
Varios de los empleados fueron sometidos a obediencia, golpeándoles en la cabeza con la cacha del arma.
Esta estructura criminal, de acuerdo con las investigaciones del Ministerio Púbico, en coordinación con la Dirección Central de Investigaciones Criminales de la Policía (Dicrim), operaba desde el Distrito Nacional y, antes de que sus miembros fueran identificados, cometieron numerosos robos y asaltos en esta y otras regiones del país.
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