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27 Abril 2024

Conozca las diferencias entre la sal de mesa y la sal marina

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Las diferencias que hay entre una sal y otra son de sabor, tamaño, textura y procesamiento.

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REDACCIÓN INTERNACIONAL.- A pesar de las diferencias que existen entre una y la otra, los profesionales de la salud recomiendan tener moderación a la hora de consumir cualquier tipo de fuente de sodio en el organismo.

En cuanto a las características de que las diferencian, los médicos de la Clínica Mayo aseguran que aunque la sal marina “se promociona como una alternativa más saludable a la sal de mesa”, esto no es tan real. Debido a que ambas “tienen el mismo valor nutritivo básico”, al contener comparables cantidades de sodio en peso.

Así, los profesionales comentan que más allá de qué sal se prefiera, hay que usarla siempre con moderación.

Según las pautas alimentarias de los médicos, se recomienda limitar el sodio “a menos de 2300 miligramos al día. Esa es aproximadamente la cantidad de sodio que contiene una cucharadita de sal de mesa”.

La sal de mesa suele ser cloruro de sodio con algunos otros minerales como magnesio, potasio y yodo. Por su parte, la sal marina posee más oligoelementos y minerales y puede tener mayor contenido en yodo.

Esto ayudaría a la salud, pero quizás el detalle más importante es que la sal marina suele tener un sabor un poco más fuerte y esto puede hacer que se use menos cantidad a la hora de sazonar una comida. Y aquí, está la ventaja.

Tal como explican los médicos de Clínica Mayo, pero también cualquier otro profesional de la salud, el exceso de sodio es malo para la salud cardiovascular de una persona.

Las diferencias que hay entre una sal y otra son de sabor, tamaño, textura y procesamiento.

La sal marina tiene un color gris, propio de su estado natural y al ser menos refinada que la sal que se emplea para condimentar una comida, tiene algunos nutrientes extras. Lo principal es, sin dudas, que favorece una ingesta de sodio más moderada por su fuerte sabor.

También muestran diferencias en cuanto a textura y tamaño. Mientras que la sal de mesa es fina y se disuelve rápido, la marina es más gruesa y genera cierto crujido sobre los alimentos, como una carne, verduras o un pescado a la parrilla.

Otra diferencia es el precio. En general, la sal marina no solo no se consigue en los supermercados en forma masiva como la sal de mesa, sino que además es bastante más cara.

Como se decía, los médicos recomiendan reducir la cantidad de sodio de la dieta. Una forma de hacerlo es comprar sal marina para agregarle menos a las comidas. Otra mejor es sustituir la sal por especias y condimentos que le den sabor a una carne, a un arroz, a papas hervidas.

Por ejemplo, si se le pone a las verduras asadas pimentón ahumado o ají molido, si se le pone a una ensalada pimienta, aceto balsámico y un buen aceite de oliva, sin dudas será una comida mucho más saludable.

Otra forma es evitar en lo posible los ultra procesados como las mayonesas que no sean caseras, los calditos de verduras o de carne o las comidas que se venden precocinadas. Todos estos productos tienen mucho sodio.

Es bueno tener a la costumbre de revisar las etiquetas de los productos cuando se hacen las compras. Es obligatorio que figure en estas etiquetas la lista en la que se detalla la cantidad de calorías, de sodio, de carbohidratos, de grasa, etc. que tiene cada alimento que se vende.

Cuando se ve que un producto tiene mucha cantidad de cualquiera de estas variables, no es muy recomendado para una dieta saludable.

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