La corrupción en instituciones públicas afecta la confianza ciudadana y limita el desarrollo de una nación más justa.
Santo Domingo.– No hacemos nada sino precavemos la corrupción y solo salimos con el “pecho parado” a decir que se lucha contra ella cuando explota un escándalo criminal y siniestro como el del Seguro Nacional de Salud (Senasa), los profesionales de la salud enfatizan en que la mejor medicina es la preventiva; para la democracia es fundamental evitar de raíz el desvío de fondos públicos y el enquistamiento de mafias.
Es necesario identificar en qué se está fallando, porque evidentemente está sucediendo, lo que garantiza sin dudas que habrá más escándalos, no solo por la codicia y la inmoralidad sino también por la falta de control y de consecuencias adecuadas, por aquello de robar mucho a cambio de poco tiempo en prisión o devolver parte de lo hurtado, en caso de que sean descubiertos.
Lo peor es que las futuras generaciones verán en la política un “negocio redondo” donde no se irá a servir sino a cambiar de estatus económico, verán en la misma la manera más fácil de calmar ambiciones, y no es que sea pesimista, pero la realidad proyecta y en precaver está la clave.