Desde hace años en los reportes anuales que prepara una agencia del gobierno norteamericano sobre los problemas de drogas y lavado en nuestro país se ha estado mencionando a las cooperativas como lugares donde los que están en el negocio de las drogas, dueños de casino y de juegos de azar, políticos y congresistas, pueden estar colocando su dinero, ya que las cooperativas solo son fiscalizadas por un muy débil y frecuentemente politizado IDECOOP, mientras que la banca múltiple y otras instituciones de crédito son monitoreadas por la Superintendencia de Bancos y la Junta Monetaria. Los bancos están obligados a informar a la Superintendencia de banco en forma regular la cantidad de dinero en efectivo que en ciertas sumas reciben y la lista de los depositantes es conocida por nuestras autoridades. Este no es el caso de las cooperativas, que no tienen que entregar a ninguna institución su lista de depositantes, ni las procedencias de sus fondos. En una ocasión un dominicano que fue deportado de Estados Unidos donde había estado preso, terminó siendo director del IDECOOP y ante una denuncia pública sobre sus malas actuaciones, demandó al periodista Marino Zapete, quien ganó el pleito, pero solo cuando el asunto llegó hasta la Suprema Corte de Justicia.
En sus orígenes nuestras cooperativas fueron establecidas por grupos religiosos vinculados a campesinos del Cibao y me consta que estas y otras más recientemente establecidas funcionan con total honestidad y algunas hasta han establecido controles para que en caso de que tengan que cumplir con todos los requisitos de un banco múltiple ya estén preparados para eso. Pero otras han sido establecidas más recientemente por políticos y esas son las problemáticas.
Lo acontecido la semana pasada con la Cooperativa de Herrera significa que va a incurrir en fuertes pérdidas que afectarán a sus ahorrantes sin que estos tengan donde acudir para que le devuelvan su dinero, pues la Superintendencia de Bancos no la controla. Quién sabe si entre los depositantes de este y algunas otras cooperativas estén políticos de importancia.
El presidente Abinader nos ha recordado que en el Congreso Nacional existe un proyecto de ley que transfiere la supervisión de las cooperativas a una Superintendencia de Bancos cuyo personal y presupuesto tendría que aumentar considerablemente para poder supervisar a las nuevas instituciones. En el caso de los bancos múltiples y otras instituciones financieras estas aportan una cuota anual para cubrir sus gastos y eso tendrían que hacer también las cooperativas si pasan a ser supervisadas por la Superintendencia.
Las cooperativas han crecido a un nivel tal que al no estar garantizados sus depósitos las grandes pueden crear problemas al sistema financiero en general, por ignorancia de los depositantes sobre cuáles instituciones están supervisadas por la Superintendencia y cuáles no. Su supervisión debe de ser transferida a la Junta Monetaria y a la Superintendencia de Bancos para así evitar problemas al sistema financiero.
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