La Iglesia explica los criterios detrás de la creación de la Diócesis de Stella Maris en Santo Domingo
Santo Domingo.- La reciente decisión del papa León XIV de erigir la Diócesis de Stella Maris segregada de la Arquidiócesis de Santo Domingo y conformada por los municipios de Santo Domingo Este, San Antonio de Guerra y Boca Chica ha despertado interés sobre cómo la Iglesia católica define y justifica la creación de una nueva jurisdicción eclesiástica.
De acuerdo con la tradición canónica y los lineamientos doctrinales recogidos por la Enciclopedia Católica, la creación de una nueva diócesis no es un acto improvisado ni automático, sino el resultado de un proceso cuidadoso y reservado exclusivamente a la Santa Sede.
Esta acción recibe el nombre de "innovatio" y puede implicar una división, supresión o modificación de límites de diócesis existentes.
La razón principal para dividir una diócesis debe ser la necesidad pastoral. Se considera una “causa justa” cuando:
- La diócesis original es demasiado extensa geográficamente.
- Hay un número excesivo de fieles para un solo obispo.
- Las vías de comunicación dificultan la administración efectiva.
- Se busca fomentar el desarrollo de la vida religiosa local (incrementum cultus divini).
- Existen tensiones entre poblaciones diversas (por idioma, cultura, origen) dentro del mismo territorio.
La localidad elegida como sede episcopal debe ser relevante desde el punto de vista eclesial, urbano o estratégico.
En el caso de Stella Maris, se escogió como sede el municipio de Santo Domingo Este, y como catedral, la Parroquia Stella Maris, que da nombre a la diócesis.
Una diócesis nueva debe contar con los recursos para sostener:
- Al obispo y su estructura pastoral.
- El funcionamiento de la catedral y el culto divino.
Aunque no es requisito legal, el Papa suele consultar a:
El obispo titular de la diócesis original.
El arzobispo metropolitano correspondiente.
Otros obispos de la provincia eclesiástica.
En muchos casos, como ha sucedido históricamente, la creación se realiza a petición del propio obispo local.
En principio, no se requiere la aprobación del gobierno civil, pero en países con concordatos vigentes o donde el Estado apoya económicamente a la Iglesia, el consentimiento puede ser necesario o políticamente conveniente.
La nueva Diócesis de Stella Maris, anunciada el 27 de agosto de 2025, coincide con varios de los criterios mencionados:
Se separa de una de las diócesis más grandes y pobladas del Caribe: la Arquidiócesis de Santo Domingo.
Atiende a una población creciente en los municipios del Este de la capital, donde existen retos pastorales y sociales considerables.
Cuenta con una sede consolidada, una parroquia central y estructuras institucionales que permiten su funcionamiento inicial.
Su primer obispo, monseñor Manuel Ruiz, es un líder con amplio reconocimiento eclesial y comunitario, y con experiencia administrativa y pastoral.