SANTO DOMINGO.- La construcción de un canal para extraer las aguas del río Dajabón o Masacre no solamente viola el Tratado de Paz, Amistad y Arbitraje suscrito entre República Dominicana y Haití en el 1929, sino también que implica otros riesgos o peligros.
Durante su alocución ante la 78va Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU), el presidente Luis Abinader se refirió a los efectos negativos de esa obra, según los análisis realizados:
-La obra pone en riesgo el acceso al agua de centenares de familias agricultoras tanto dominicanas como haitianas, aguas abajo de donde se construye el canal.
-Efectos ecológicos nocivos, pues implica peligro de inundación tanto al parque industrial Codevi, 300 metros aguas abajo del canal, y a sus 19 mil trabajadores haitianos, como también a una parte de los habitantes de las ciudades fronterizas de Dajabón y Juana Méndez.
-La obra también afectaría la Laguna de Saladillo, uno de los principales humedales de República Dominicana.
-El punto se encuentra a menos de 200 metros de la frontera entre ambos países y a unos 300 metros aguas abajo del terreno ocupado por la planta de Codevi.
-Según informaciones del Gobierno, sostiene que la construcción del canal es una maniobra de control del agua por parte de una reducida élite económico-política para lucrarse con su venta a pequeños productores de la zona.
-La idea del proyecto no fue comunicada oficialmente al Gobierno dominicano, ni se suministró documentación sobre su envergadura, impacto ambiental y la identidad de sus beneficiarios finales.
-La construcción de un canal en territorio haitiano, es una violación de los tratados fronterizos dominico-haitianos.
El jefe de Estado recordó a la comunidad internacional que el río Dajabón nace en Loma de Cabrera y la mayor parte de sus 55 kilómetros recorren en territorio dominicano, hasta desembocar en la bahía de manzanillo en Montecristi y solo dos kilómetros entran en territorio haitiano.
Asimismo, refirió que desde abril de 2021el Gobierno dominicano ha solicitado a las autoridades haitianas detener la construcción unilateral e ilegal de la obra.
“El propio gobierno haitiano ha señalado que no se trata de una obra gubernamental, pero no la ha detenido producto de la debilidad institucional y la crisis de orden público y seguridad en ese país. La situación ya ha derivado en una delicada animosidad a ambos lados de la frontera”, explicó.