1.- No es cuestión de caer en estado de desesperación, porque esta es mala consejera, pero la paciencia del ser humano tiene sus límites, llega a su acabamiento.
2.- Hemos comenzado este escrito refiriéndonos a la falta de esperanza, porque de seguro que el verdadero pueblo dominicano, ese que carece de lo indispensable para vivir con dignidad, ya está hastiado de permanecer tantos años en la misma condición de pobreza.
3.- Cualquier comunidad humana, no importa lo atrasada que sea en el orden económico, desea sentir que una modificación de su estado de pobretería está a punto de llegar, que se avecina la innovación de su existencia material.
4.- La situación anímica de los que en la República Dominicana forman parte de los marginados sociales, es preocupante, es para que estén inquietos porque no ven una señal de que se acerca su liberación.
5.- Los hombres y las mujeres que en nuestro país están al margen del progreso social, no tienen motivo alguno para pensar que en corto espacio de tiempo van a estar respirando aires renovadores.
6.- Ninguna marcha hacia adelante se saca de un análisis desapasionado que se haga de la realidad dominicana y que apunte hacia cambios económicos, políticos y sociales.
7.- En lugar de avance, lo que observamos es atraso. Es notorio el retroceso político aquí, cuando en otros países de la misma región, se ha hecho presente el florecimiento. Para darnos cuenta de lo parado, lo estático que está entre nosotros el accionar político progresista, basta con tomar en cuenta el proceso electoral en curso.
8.- Mientras en Ecuador y Guatemala resultaron vencedores partidos que propugna por cambios, aunque tímidos, en el actual proceso electoral dominicano, al pueblo de a pie, a los votantes nadies, lo han dejado sin opción de progreso, lo han puesto a que vote por los mismos que defienden el orden vigente.
9.- Por muy afable que es el pueblo dominicano, ya debe sentirse aburrido de tanta simulación, ahíto de las tantas maniobras politiqueras electorales de que ha sido víctima.
10.- Más que cansado tiene que estar el electorado dominicano, porque cada cuatro años le presentan el mismo escenario, en el cual no hay nada que exprese una modificación del modelo económico. Es la reiteración de lo añejo, que es una traba para el progreso humano.
11.- Lo penoso de todo es que aunque el electorado quiera zafarse de la trampa electoral que le tiende la democracia representativa, no cuenta con fuerzas políticas aliadas que estén en condiciones de revertir la situación.
12.- En el escenario político dominicano, los grupos políticamente más atrasados, cuentan con el control del accionar político nacional. Ellos tienen la sartén por el mango y la manejan a su antojo.
13.- Desde hace muchos años, en el país nuestro, el sector progresista se ha quedado atrás, se ha atrasado; luce entretenido, mientras los sectores más conservadores se han adelantado en la politiquería.
14.- Las clases que aquí controlan el poder del Estado, organizan y ponen al pueblo a votar como conviene a los poderosos, lo que les permite gobernar ricamente, a manos llenas, a pedir de boca, tan a su gusto como es su deseo.
15.- Porque los procesos sociales no tienen fecha para su realización, no se sabe hasta cuándo continuará la minoría nacional dominicana, a su antojo, haciendo y deshaciendo, echando un pie a tierra desde las espaldas de los pobres, de los que aquí comen a veces.
16.- Mientras tanto, a nivel de elecciones o votaciones, la mayoría de los ciudadanos y ciudadanas, que decidan seguir siendo víctimas de las trampas electorales de la democracia representativa, que no se lamenten, porque el día ha de llegar, que ojalá sea pronto, cuando nuestro pueblo, de manera libre y consciente elegirá sus candidatos.
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