SANTO DOMINGO.- El dengue es una enfermedad viral transmitida por el mosquito Aedes aegypti, que se caracteriza por su aspecto de color negro o marrón, con rayas blancas distribuidas por el cuerpo y las patas. Cuando es portador del virus y pica a una persona, la enfermedad se manifiesta con síntomas que varían desde fiebre alta hasta dolores musculares y vómitos.
Existen cuatro serotipos distintos del virus (DENV-1, DENV-2, DENV-3, DENV-4), y la infección por uno de ellos no brinda inmunidad completa contra los otros. En ciertos casos, puede progresar a dengue grave, que se manifiesta con sangrado, baja en la presión arterial y posibles fallos orgánicos, lo que requiere atención médica urgente.
En la Argentina, el dengue presentó brotes significativos. La última epidemia, que ocurrió entre los años 2023 y 2024, se posicionó como un récord de contagios, ya que “en términos acumulados desde comienzos del año (hasta el 10 de agosto) se registraron 564.144 casos de dengue (incluyendo confirmados por laboratorio y considerados casos por nexo epidemiológico). La incidencia acumulada hasta el momento es de 1199 casos cada 100.000 habitantes”, detallaron en el último Boletín Epidemiológico, referido a la pasada temporada, emitido por el Ministerio de Salud.
El Día Internacional contra el Dengue, que se celebra cada 26 de agosto, la importancia de aumentar la conciencia y promover la prevención y el control de la enfermedad.
“Los síntomas de dengue generalmente duran entre 2 y 7 días. La mayoría de las personas se recupera en alrededor de una semana. Y la persona es susceptible de contagiar a otra, siempre mediante la picadura de un mosquito, solamente cuando tiene fiebre”, explicó en diálogo con Infobae la doctora Mónica Foccoli, jefa de la Sección Infectología del Hospital de Clínicas General José de San Martín. Al tiempo que aclaró que tiene un período de incubación de entre 3 a 15 días, y se divide en 3 etapas.
La primera etapa, según datos de la Organización Panamericana de la Salud, es la denominada “febril”. Como su nombre lo indica, está caracterizada por un cuadro de fiebre alta, acompañada por otros síntomas, que inicia de manera repentina y puede extenderse hasta una semana. En este período de tiempo, aparecen los signos de alerta sobre el posible progreso hacia un dengue grave.
La fase crítica, que comprende entre el día 3 hasta el 5, comienza con la desaparición de la fiebre y pueden observarse mejoras en el paciente. Sin embargo, también es el momento en el que se puede experimentar una caída repentina de la presión arterial, sangrado y fugas de plasma, lo que lleva al dengue hemorrágico debido a que “puede aumentar la permeabilidad capilar paralelamente con los niveles del hematocrito”, según comentaron los expertos del organismo. La vigilancia médica intensiva es crucial para prevenir complicaciones.
Por último, se encuentra la fase de recuperación luego del séptimo día de la enfermedad, en la cual la mayoría de los pacientes comienza a recomponerse. Esta etapa puede durar entre 2 y 3 días, y los síntomas suelen disminuir, aunque es importante el seguimiento profesional. La recuperación completa puede implicar rehidratación y descanso adecuado.
Al ser una infección viral, no se puede atacar al agente infeccioso con antibióticos. Por ende, los tratamientos disponibles se enfocan en la mitigación de los síntomas molestos y la estabilización de pacientes que lo requieran, debido a un posible sangrado o deshidratación.
¿Cuáles son los principales síntomas del dengue y cuándo se debe acudir a un médico?
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los síntomas del dengue pueden incluir: fiebre elevada (40° C), cefalea intensa, dolor detrás de los ojos, dolores musculares y articulares, náuseas, vómitos, inflamación de ganglios linfáticos y erupciones cutáneas.
Sin embargo, la enfermedad se puede agravar en ciertos casos, y quienes cursan la infección por segunda vez corren un riesgo mayor. Al bajar la fiebre, pueden aparecer signos característicos de dengue grave: dolor abdominal intenso, hemorragias en las encías o la nariz, vómito o heces con sangre, cansancio, agitación, malestar y debilidad general.
Ante cualquiera de estos síntomas se debe acudir a un profesional de la salud, y evitar la automedicación.
Para prevenir las picaduras de los mosquitos que transmiten el dengue, es fundamental adoptar medidas. Utilizar repelentes de insectos que contengan principios activos, como el DEET, es altamente eficaz. “Es importante conocer la concentración de DEET de un repelente, debido a que la duración de la protección que nos da un repelente contra las picaduras de mosquitos depende de la concentración. Por ejemplo, un producto con DEET al 10% protege durante 2 a 3 horas, mientras que uno con DEET al 25% protege durante 6 horas en promedio. Por eso es importante revisar la etiqueta del producto para conocer su concentración”, expresaron desde el Ministerio de Salud.
Además, es esencial que, al realizar actividades al aire libre, se use ropa de colores claros, de manga larga y pantalones largos. Otra medida clave es eliminar criaderos de mosquitos alrededor del hogar, como recipientes con agua estancada, que sirven como hábitat para la reproducción.
Mantener las áreas limpias y secas, y utilizar mosquiteros en ventanas y camas, también contribuye significativamente a reducir el riesgo de picaduras. Implementar estas estrategias ayuda a protegerse del dengue y minimizar la propagación del virus.