Puerto Príncipe.- Cuatro sedes de Caritas en Haití fueron atacadas y saqueadas por completo entre septiembre y octubre, informó este lunes la organización humanitaria, lo que repercute negativamente en el trabajo, paralizado a nivel técnico sobre el terreno.
En un comunicado, Caritas indicó que las consecuencias negativas de esta ola de violencia son de «extrema importancia» y afirmó que las dependencias vandalizadas y saqueadas, donde los daños son «enormes», carecen de los medios necesarios para funcionar.
El personal de Caritas Haití, en concreto de la oficina nacional y de las instancias saqueadas, «permanece en casa, intentando trabajar a distancia pese a los serios problemas de conexión de las dos principales redes de comunicación debido a los actos vandálicos», señaló
La organización alertó de que la violencia que reina en Haití «va a retrasar aún más la puesta en marcha de proyectos», en un país donde 4,7 millones de personas, según el Programa Mundial de Alimentos, sufren una aguda inseguridad alimentaria.
La escasez de combustible y la inseguridad dificultan el trabajo y «habrá que tener en cuenta la evolución de la situación para retomar las actividades de manera adecuada», añadió.
Si bien desde 2019, el difícil contexto ralentiza mucho actividades de Caritas, las dificultades han empeorado en los tres últimos meses, en especial en septiembre y octubre, cuando fueron objeto de pillaje las dependencias en el departamento Sur, Gonaïves (departamento noroccidental de Artibonite), Port-de-Paix (noroeste) y Jacmel (sureste).
Todas ellas sufrieron importantes daños materiales y, además, fueron saqueados los almacenes de Food For The Poor en los que se guardaban productos alimentarios y no alimentarios de cara a la temporada ciclónica.
A la situación de crisis sociopolítica y económica que vive Haití se suman la falta de carburante, la violencia y la reaparición del cólera, lo que ha llevado a Médicos Sin Fronteras (MSF) a advertir del riesgo de una catástrofe sanitaria en Puerto Príncipe.
Para MSF, en la capital la situación es «dramática» y «en numerosos barrios los habitantes luchan por acceder al agua potable y la atención sanitaria básica», en medio del resurgimiento del cólera, que, conforme a los últimos datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), ya ha causado 37 muertes de un total de 123 casos confirmados.
Debido a la falta de combustible, la gran mayoría de los hospitales ha reducido sus servicios y corre el riesgo de tener que cerrar sus puertas.
«No podremos hacer que funcionen nuestras estructuras médicas más que algunas semanas si no tenemos acceso a carburante. Por otra parte, material médico que necesitamos para seguir atendiendo casos de cólera y asegurar los cuidados a la población se encuentra bloqueado en el puerto», resaltó MSF.
La organización humanitaria alertó de que, «sin agua potable y sin el tratamiento y una buena gestión de los residuos el riesgo de un incremento de la enfermedad es muy alto. Hay que proceder urgentemente».
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