SANTO DOMINGO. El caso del asesinato de una niña de seis años en el sector Los Trinitarios de Santo Domingo Este ha estremecido a la nación, no solo por la brutalidad del crimen, sino también por la reacción de la madre, Ana Josefa García Cuello, quien ha mantenido una aparente calma tras conocer la muerte de su hija en circunstancias tan horrendas.
García Cuello, primer teniente del Ejército de la República Dominicana, fue detenida como la principal sospechosa del crimen. Durante su arresto, la madre declaró su inocencia. «Soy inocente. Oiga, soy inocente, yo no he hecho nada», afirmó mientras era conducida por las autoridades. Según sus palabras, en el momento del crimen, ella se encontraba en su casa orando, y sostuvo que una vecina había salido con la niña para hacerle el pelo, aunque nunca más volvió a ver a esa vecina ni a su hija con vida.
Los detalles de la escena del crimen son escalofriantes. El cuerpo de la niña fue encontrado decapitado en la cocina, con la cabeza hallada en el baño de la vivienda. A pesar de la naturaleza macabra del hallazgo, García Cuello se mantuvo aparentemente serena, incluso cuando afirmó no saber quién había encontrado el cuerpo de su hija, respondiendo con un desconcertante «¿Y quién la encontró? No sé, dígame usted» a las preguntas de periodistas.
Este comportamiento ha generado una serie de interrogantes sobre las razones detrás de su tranquilidad. ¿Es esta calma un indicio de inocencia o podría ser un reflejo de un estado mental alterado? Expertos en psicología y criminología sugieren varias posibles explicaciones:
Mientras la investigación continúa, la conducta de Ana Josefa García Cuello sigue siendo un punto focal en el análisis del caso. Las autoridades trabajan para determinar si esta calma es un indicio de su inocencia o un signo de algo más profundo y perturbador. La posibilidad de que esté lidiando con un trastorno mental o una disociación severa no ha sido descartada, y es probable que el análisis psicológico desempeñe un papel crucial en el desenlace de este caso.
El país entero sigue atento al desarrollo de esta trágica historia, que no solo revela las profundidades de la violencia intrafamiliar, sino también las complejidades del comportamiento humano en situaciones de crisis extrema. La tranquilidad de García Cuello ante la muerte de su hija sigue siendo un misterio que las autoridades y expertos deberán desentrañar en los próximos días.
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