El presidente Danilo Medina es un líder político que tiene una gran fe y que respeta el trabajo de los millones de hombres y mujeres que impregnados por las enseñanzas de Jesús, entregan cada día sus esfuerzos y hasta sus vidas para ayudar a los demás. Danilo se crió en un hogar cristiano ya que sus padres fueron diáconos de la iglesia menonista en San Juan de la Maguana y sus hermanas siempre han profesado la fe cristiana. Asimismo, su esposa Candy de Medina es una gran activista de la iglesia católica y ha llevado al hogar de ambos la presencia de Jesús.
Desde que empezó a tener conciencia como joven, Danilo siempre respetó a los hombres y mujeres de fe y los sintió siempre como sus aliados en la lucha por una mejor sociedad. Siendo ya un dirigente político connotado extendió su mano solidaria con todos los sectores cristianos, sin distingo de iglesia o denominación, para contribuir a que el trabajo de esos hijos de Dios pudiera seguir ampliandose aquí en nuestra tierra. Como secretario de estado de la presidencia fue uno de los principales impulsores de que hubiese un enlace del poder ejecutivo con la comunidad cristiana evangélica, para que así el estado como tal no sólo se relacionara con la iglesia católica.
Convertido en candidato presidencial en todo momento estuvo abierto a encontrarse con los sectores cristianos para tomar de ellos sus inquietudes y para invitarlos a ser parte de la transformación de la sociedad dominicana, consciente de que ese cambio no solo debía ser económico y social sino y sobretodo, espiritual y moral. Convertido en presidente de la república sus acciones se correspondieron con sus palabras pues en cada uno de los proyectos importantes del gobierno ha incluido a los sectores cristianos católicos y evangélicos. El plan nacional de alfabetización y las comisiones de veedurías, son tan solo dos ejemplos trascendentes donde los cristianos forman parte importante.
Es por todo eso que la acción del presidente Medina del pasado día 1 de enero de asistir a la misa de año nuevo de la Iglesia Católica y luego a la celebración de la concentración evangélica de la Batalla de la Fe, del pastor Ezequiel Molina en el estadio olímpico, es una muestra del valor que siempre le ha dado a los seguidores de Jesús en todos los ámbitos. No fue la acción de alguien que quiere estar bien con todo el mundo, sino un paso de fe de un líder que ha sabido entender la importancia de esa fe en el mundo actual y ha buscado el apoyo de Creador del Universo para que bendiga y cuide sus pasos.
Con esa acción Danilo rompió los prutitos de que un Presidente no puede estar en una actividad evangélica porque los católicos se sentirían mal. Con ese paso ha demostrado que tanto católicos como evangélicos son parte importante del pueblo de Dios y son necesarios para lograr la transformación plena del pueblo dominicano. Y ha actuado acorde a su propia convicción llena de espíritu de unidad y de amor. Y consciente que, como dice la Biblia y él repitió en su mensaje a los cristianos reunidos en el estadio olímpico, «la fe mueve montañas».
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