Washington.- Desde el asesinato del presidente Abraham Lincoln en 1865 hasta Watergate bajo el Gobierno de Richard Nixon (1969-1974), y ahora la imputación de Donald Trump, la corte federal del distrito de Columbia ha estado en el centro de los principales escándalos de la historia de EE.UU.
Desde la entrada principal al juzgado, en la avenida Pensilvania, en Washington DC, se ve la cúpula del Capitolio, sede del Congreso del país y escenario hace poco más de dos años de un asalto por parte de cientos de seguidores de Trump.
Mañana, jueves, el exmandatario volverá a la capital estadounidense para escuchar los cargos contra él tras haber sido acusado el martes de supuestamente intentar revertir el resultado de las elecciones de 2020, que perdió frente al demócrata Joe Biden, y haber promovido falsedades que llevaron al ataque contra el Capitolio.
Tras las gruesas paredes de hormigón del edificio, rodeado estos días por decenas de cámaras de televisión, se ha decidido el destino tanto de las figuras más prominentes en la historia de EE.UU. como de ciudadanos anónimos.
Uno de los primeros casos más sonados en esta corte fue el de Mary Surrat, una de las implicadas en el asesinato de Lincoln, quien pidió en 1865 al tribunal (entonces conocido como Tribunal Supremo del Distrito de Columbia) que revocara su sentencia de muerte.
Surrat era la dueña de la casa donde se planeó el magnicidio: La corte falló en contra de la mujer, pero el sucesor de Lincoln, el presidente Andrew Johson (1865-1869), ordenó que se cumpliera la orden de un tribunal militar y que fuera ejecutada.
Otro asesinato que marcó a la incipiente nación de EE.UU. y cuyo autor pasó por la corte federal fue el del vigésimo presidente del país, el republicano James Garfield, en 1882. Charles Guiteau, quien disparó al entonces mandatario en una estación de tren, fue condenado a pena de muerte, pese a que su defensa intentó probar que sufría fuertes trastornos mentales.
Poco más de un siglo después, el escándalo que acabó con el Gobierno de otro presidente republicano, Richard Nixon, fue investigado por la principal corte federal de la capital.
Los funcionarios del Ejecutivo de Nixon involucrados en la investigación del caso Watergate testificaron frente a este tribunal, que condenó a varios de ellos, incluido el fiscal general John Mitchell y el jefe de Gabinete de la Casa Blanca Harry Robbins Haldeman por obstrucción a la justicia y conspiración, entre otras acusaciones.
El escándalo, que se inició con el arresto de cinco exasesores del exmandatario que intentaron entrar a la sede del Partido Demócrata en el edifico Watergate de Washington para instalar micrófonos secretos, llevó a la dimisión de Nixon (hasta ahora el único presidente en la historia de Estados Unidos que ha resignado el cargo), el 9 de agosto de 1974, más de dos años antes de que finalizara su mandato.
Otra causa famosa que aterrizó en esta corte es la Irán-Contra, durante la Administración del conservador Ronald Reagan (1981-1989), cuando se reveló que el Gobierno vendió armas a Irán a cambio de rehenes y de ganancias que usó para financiar a grupos armados en Nicaragua.
Los acusados en este escándalo, entre ellos los asesores presidenciales Robert McFarlane, el coronel Oliver North y el almirante John Poindexter, fueron condenados en 1986 por delitos como obstrucción de una investigación legislativa y destrucción de documentos.
Ahora, 37 años después, queda por ver qué deparará el juicio contra Trump en este tribunal, aunque todavía se desconoce la fecha de su comienzo. Por el momento el expresidente está citado para la lectura de cargos en su contra mañana en un proceso que se espera largo, pese a la intención del fiscal especial que lo lleva de que sea rápido.
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