El titular “Paliza dice Cámara de Diputados ya debe sustituir a Miguel Gutiérrez, preso por narco en Miami; dijo que en este caso el rol del PRM está en segundo plano”, me alegró muchísimo. A menos que se trate de alguna maniobrilla partidista típicamente criolla, es una de las pocas veces que un presidente del partido de gobierno lanza a los tiburones a uno de los suyos.
Desde 1996, a todos los presidentes les han atribuido amistades o vínculos con gente problemática; ningún narco o pillo anda con un letrero en la frente anunciando qué es. (Pero dan pistas). Casi siempre cuando les echan el guante a sus amigotes, los políticos se hacen los suecos. Por eso es tan importante para el empeño de adecentamiento que lidera el presidente Abinader, romper con el viejo esquema. Gutiérrez lleva casi dos años “cogido”.
Proceder con las formas constitucionales para llenar su vacancia es correcto. Ojalá el Congreso actúe en consecuencia. Es hora de terminar la impunidad de algunos legisladores pese a la flagrancia de sus imputados delitos.
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