Una democracia moderna debe dar siempre una respuesta contundente a los bulos y falsedades que construyen sectores infames del poder para tratar de imponer una narrativa inexistente y que solo va acorde con sus intereses económicos y políticos.
El verdadero combate hoy en día se lucha contra las mentiras; en estos tiempos el engaño tiene mucho más alcance debido a la tecnología; Replicar mil veces una mentira y hacerla creer al estilo Goebbels, es más simple en pleno siglo 21.
Y es que debido a » la invasión de los idiotas» como llamaría Humberto Eco al fenómeno de las redes sociales, el mensaje distorsionado, amañado y con un mal propósito, llega a la velocidad de la luz.