Por María del Pilar Zuleta
Señor Ruddy, no le conozco pero a usted y su familia debemos ofrecerles disculpas, reparación y garantía de no repetición por la forma en que lo hemos desconsiderado como sujeto pasivo de un proceso penal y, sobre todo, como ciudadano dominicano. Su caso duele.
Escuchamos su angustia y sentimos su agonía al llevar tres años en prisión preventiva por violencia de género contra su inquilina, cuando usted sabe que NO podía estar en esa condición por más de un año, sobre todo al anularse su condena y encontrarse en nuevo juicio.
Entonces lo pusimos en un celda de castigo, según informa su madre, por haber hablado a los medios mientras salía de una audiencia e iba esposado. Perdónenos, es que algunos piensan que usted es un NO ciudadano, que usted es un enemigo al que hay que apagarle la voz.
Además, por comunicado del Poder Judicial informamos que «su proceso se está conociendo en base a las garantías que establecen la Constitución y el Código Procesal Penal». Pero usted sabe que NO es legal que ya haya pagado más de la mitad de una condena que hoy no existe.
Y sabe también que ayer NO le dieron la libertad porque para obtenerla tiene que pagar dos millones de pesos que no posee. Es que NO nos ha sido suficiente con vulnerar sus derechos, ahora queremos pisotearlo poque usted tuvo la valentía de alzar su voz y eso nos choca.
Pero Señor Ruddy le suplico: ¡no permita que lo enmudezcamos! ¡NO se rinda! Aunque le quitemos sus garantías judiciales y los abusos se intensifiquen, usted tiene derechos. Le pido, por su familia y por las nuevas generaciones, que luche por ellos hasta con su último suspiro.
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