SANTO DOMINGO.- El agua contaminada que emana de un pozo séptico en Katanga de Los Mina mantiene preocupados a los residentes de la zona, quienes aseguran que las enfermedades son frecuentes en la comunidad y algunos se han visto obligados hasta a abandonar sus viviendas por el hedor.
Con improvisados puentes de tablas y hojas de zinc, los residentes de la calle Presidente Estrella Ureña, en Katanga, tratan de evitar el contacto con el agua contaminada y las heces que se acumulan en sus pasillos y callejones debido al desborde de los sépticos de la comunidad.
“Que venga alguien en auxilio de nosotros, tenemos derecho a respirar cosas naturales y positivas y no tantas bacterias como hay aquí”, dijo María Cruz, residente en Katanga.
Al explicar que la situación en la zona empeora cada vez que llueve, señalaron que el problema surge porque las fosas están rebosadas.
De su lado, el morador Luis Florián comentó: “Las casas las tenemos todas cerradas, porque no podemos soportar el bajo”.
“Ya nosotros no aguantamos, nos costará dejar la casa abandonada”, enunció Ventura Luciano.
El mal olor los obliga a usar mascarillas en su día a día, mientras algunos han tenido que abandonar sus residencias y otros han contraído enfermedades.
“A mí me sacaron grave y si no me meten en una clínica estuviera enterrada hace tiempo. Por el mal olor tenia liquido en los pulmones. Me estaba creciendo el corazón de ese mal olor” relató Germania García.
Igualmente, Lilian Acosta enfatizó: “Este bajo está acabando con nosotros, este bajo no lo aguanta nadie, los niños con vómitos y diarrea, la gente grande con dolor de garganta y fiebre».
Los residentes en esta comunidad aseguraron que los reclamos que han hecho a las autoridades pertinentes y sus intervenciones han sido en vano.
“Tanto la CAASD como el ayuntamiento lo que vienen y pasan un paño con pata y no quieren enfocarse porque dicen que hay que buscar materiales y que ellos no tienen esto ni aquello”, indicó el morador Paulino Genao.
Asimismo, señalaron también que por el estancamiento de agua negras, el lugar se ha convertido en un criadero de mosquitos.