Madrid.- Una variante genética que está considerada como el factor de riesgo más potente para desarrollar la enfermedad del alzhéimer de inicio tardío está también asociada con un mayor riesgo de desarrollar aterosclerosis subclínica (asintomática).
Lo ha comprobado un equipo de científicos del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) de Madrid (España) coordinados por Marta Cortés Canteli y Valentín Fuster -director del centro-, y los resultados se han publicado hoy en la revista Circulation Research.
Los investigadores han comprobado que un gen -el de la «apolipoproteína E4» o APOE4-, asociado al riesgo de desarrollar alzhéimer, está también detrás de la aterosclerosis subclínica, pero también que las personas que portan una variante de ese gen (la «APOE2») están protegidas frente a las dos enfermedades.
Los resultados de esta investigación clarifican el papel de esa variante genética en el desarrollo de enfermedades cardiovasculares y tienen importantes implicaciones terapéuticas y preventivas para la salud cardiovascular, en especial durante la primera mitad de la vida adulta, subrayó el CNIC en una nota difundida hoy.
Ese gen tiene tres alelos (versiones), y haber heredado uno u otro confiere a las personas un riesgo diferente de desarrollar distintas enfermedades, entre ellas las cardiovasculares y el alzhéimer, explicó la científica Marta Cortés Canteli, neurocientífica del CNIC e investigadora del Instituto de Investigación Sanitaria Fundación Jiménez Díaz.
Las personas que heredan un alelo (el «APOE4») tienen niveles elevados de colesterol y un consecuente riesgo mayor de sufrir aterosclerosis, mientras que aquellas que tienen «APOE2» presentan menos colesterol y menor prevalencia por lo tanto de padecer esa enfermedad.
Los mecanismos responsables de estas asociaciones son sin embargo muy complejos y el impacto de la edad, el sexo y otros factores de riesgo cardiovascular no estaba claro hasta ahora, en particular en las etapas iniciales del desarrollo de la enfermedad, precisó este centro de investigación, dependiente del Instituto de Salud Carlos III (Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades).
Los investigadores del CNIC corroboraron en individuos de mediana edad que están incluidos en el estudio PESA-CNIC-Santander (con edades entre 40 y 54 años) que existe un mayor riesgo de desarrollar aterosclerosis subclínica entre las personas que tienen niveles elevados de LDL colesterol (el colesterol “malo”), lo que abre una posible vía para implementar estrategias de intervención temprana.
“Todo esto resalta, una vez más, la importancia de mantener un estilo de vida saludable”, aseguró el director del CNIC, Valentín Fuster, presidente del Instituto Cardiovascular y médico jefe del Mount Sinai Medical Center de Nueva York.
Los resultados de esta investigación sugieren que conocer la variante genética que está presente en cada individuo podría mejorar la clasificación del riesgo cardiovascular, “especialmente durante las etapas iniciales del desarrollo de la enfermedad cardiovascular”, destacó la investigadora Catarina Tristão Pereira, primera firmante del artículo.
El PESA-CNIC-Santander es un estudio prospectivo que incluye a más de 4.000 participantes asintomáticos de mediana edad en los cuales se está evaluando exhaustivamente la presencia y desarrollo de aterosclerosis subclínica desde el año 2010.
Este estudio fue financiado por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) y el Fondo Social Europeo (FSE), y en el mismo han participado investigadores del Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Cardiovasculares (CiberCV) y del CIBER de Enfermedades Raras (CiberRER).