Madrid.- El mieloma múltiple es un tipo de cáncer que afecta a las células de la sangre encargadas de producir anticuerpos y que se trata con inhibidores del proteasoma. Algunos pacientes -no se sabe por qué- presentan resistencia pero un estudio del CNIO arroja hoy algo de luz sobre este tema.
El estudio de Larissa Haertle y Santiago Barrio, de la Unidad de Investigación Clínica de Tumores Hematológicos H12O-CNIO, identifica uno de los mecanismos moleculares que generan la resistencia a los inhibidores del proteasoma.
Los resultados del estudio, hecho en colaboración con el Hospital Universitario Würzburg (Alemania), se publican en Clinical Cancer Research.
El mieloma múltiple es el segundo cáncer hematológico (de la sangre) con más casos, y supone el 2% de todos los tumores.
El proteasoma es la parte de la maquinaria celular encargada de eliminar las proteínas que no funcionan bien, algo así como el basurero de la célula.
Los fármacos inhibidores del proteasoma impiden que las células tumorales lleven a cabo esta limpieza, de forma que mueren, por así decir, por exceso de sus propios desechos.
Algunos estudios han descubierto que hay algunas mutaciones genéticas que pueden provocar resistencia a los fármacos inhibidores del proteasoma, pero estas mutaciones no explican los altos niveles de resistencia observados en los pacientes.
El estudio del CNIO ha descubierto que los cambios epigenéticos son muy relevantes (cambios que modifican a los genes sin cambiar la secuencia del ADN y que surgen de factores externos como la edad, la alimentación, al contaminación, etc).
La investigación ha demostrado que las secuencias de genes del proteasoma presentan mayores niveles de metilación en la región que controla el inicio de la transcripción de un gen concreto, llamado PSMD5.
«PSMD5 actúa como un regulador negativo del proteasoma. Su silenciamiento, provocado por la metilación en su promotor, hace que aumenten los niveles de proteasoma y disminuya la eficacia del tratamiento», explica Larissa Haertle, primera autora del trabajo.
El hallazgo es «un importante avance en el conocimiento de la base molecular de la resistencia al tratamiento con inhibidores del proteasoma», concluye la investigadora.
Además, el estudio apunta a que los niveles de metilación en PSMD5 podrían ser un biomarcador para anticipar la respuesta de los pacientes al tratamiento con estos fármacos, algo de lo que no se dispone actualmente.
«Estos resultados son la primera evidencia del papel del control epigenético en la resistencia a fármacos contra el mieloma múltiple», concluye Joaquín Martínez López, director de la Unidad de Investigación Clínica de Tumores Hematológicos H12O-CNIO.
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