Deseo que el presidente Abinader continúe haciendo uso de sus magníficos equipos económico y de salud que han permitido, por un lado, mantener la estabilidad financiera y el crecimiento económico y por el otro enfrentar exitosamente los avatares de la pandemia.
Pero también deseo que Abinader modifique su política hacia el sector eléctrico donde las Edes apenas cobran 40% de la electricidad que ofrece, lo que se debe, según se dice, a la falta de contadores. Las Catalinas ahora operan bajo un régimen de compañías por acciones al igual como lo ha estado haciendo desde sus inicios la Refinería de Petróleo y al igual como operaron las más de veinte empresas de Corde de las cuales apenas quedan dos. Eso implica que cada vez que cambie el gobierno se cambiarán sus administradores y para la compra de petróleo para la refinería y de carbón para las Catalinas no se harán concursos públicos. Los administradores no tienen a quien rendir cuentas anualmente como se hace en toda empresa comercial. Tampoco se ha contratado una empresa extranjera con experiencia para que administre los aspectos técnicos de las Catalinas.
Grupos de presión amenazan por sustituir el régimen de seguridad social con el apoyo de un Colegio Médico muy poco profesional y politizado, aunque hay que reconocer que la legislación sobre el tema requiere modificaciones.
Nos hemos dado cuenta que el dedicar recursos equivalentes a un 4% del PIB para la educación, no la mejora. Para complicar el asunto la Asociación de Profesores está muy politizada y no está inspirada en objetivos pedagógicos.
En la minería faltan decisiones. Es la hora en que todavía el gobierno no ha aprobado la nueva presa de cola para la Barrick ni ha permitido que una compañía canadiense realice el estudio medioambiental para el proyecto Romero de San Juan de la Maguana para una mina de oro subterránea y que solo utilizaría agua lluvia.
Una encuesta ha evidenciado que los dos principales problemas percibidos por los dominicanos son la inflación y la inseguridad ciudadana. Lamentablemente la inflación está muy influencia por factores externos al país, como los aumentos en los hidrocarburos y la comida provocados por el conflicto bélico europeo. Es difícil consecuentemente predecir cuándo nuestra inflación llegará a estar por debajo del 4%. En cuanto a la delincuencia y la violencia debemos recordar que en Jamaica recientemente se ordenó un estado de sitio que está perjudicando sus flujos turísticos y lo mismo está ocurriendo en Honduras y El Salvador.
Es probable que en el 2023 un año preelectoral para los dominicanos, los principales países industrializados entren en recesión lo que afectaría nuestros flujos turísticos, nuestras remesas y la inversión extranjera.
Poco se logra deportando haitianos y construyendo muros si nuestras fuerzas armadas aceptan sobornos para que haitianos lleguen al país ilegalmente. En uno de los gobiernos de Balaguer en Dajabón se reunieron las tropas y en un acto público a un militar que había sido sobornado se le arrancaron las insignias de sus hombros y se le sacó deshonrosamente de las fuerzas armadas. Eso hay que repetirlo ahora.
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