ESTADOS UNIDOS.- Una investigación de la Universidad Willian & Mary en Virginia, ha confirmado que como resultado de diversas pruebas nucleares realizadas en campos de producción apícola en los Estados Unidos, la miel presenta una considerable acumulación de radiación debido a lluvias radiactivas.
Jim Kaste, profesor asociado del Departamento de Geología de la universidad, indicó que 68 de 122 muestras de miel provenientes desde Maine a Florida presentaron cantidades variables de un subproducto de la fisión nuclear llamado cesio-137, aunque actualmente en cantidades por debajo de los niveles considerados dañinos.
Kaste, descubrió el fenómeno después de asignarles a sus estudiantes una tarea en 2017 para demostrarles que los contaminantes radiactivos de las pruebas durante la Guerra Fría todavía persisten en el medio ambiente.
El detector gamma utilizado reveló rastros del isótopo en muestras de frutas, nueces y otros alimentos, mientras que una muestra de un tarro de miel de un mercado de Carolina del Norte reveló la presencia del isótopo en niveles más de 100 veces superiores a los de las demás.
El cesio-137 es un subproducto de la fisión nuclear y se puede encontrar en la naturaleza debido a la contaminación nuclear del medio ambiente. Esto es justamente lo que trataba Kaste de explicar a sus alumnos cuando les pidió que llevaran a clase alimentos locales del lugar en el que pasaran sus vacaciones de primavera.
Kaste y su equipo explican que las muestras con mayor incidencia del radioactivo vienen de zonas con una tierra más pobre en potasio donde las plantas adsorben para hacer sus procesos metabólicos.
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