REDACCIÓN.- El Día Mundial de la Lucha contra el Sida se celebra cada año el 1° de diciembre. Es una efeméride impulsada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que busca concientizar a las personas sobre la importancia de su prevención, el diagnóstico temprano y tratamiento de esta enfermedad, así como llamar la atención global sobre las desigualdades que se generan en el mundo en torno a ella.
Esta iniciativa comenzó a gestarse en 1988, cuando la Cumbre Mundial de Ministros de Salud nombró aquel año como el de “la Comunicación y la Cooperación sobre el Sida” y, en este contexto, la ONU propuso que a partir del 1° de diciembre se celebrara anualmente y, durante esta fecha, el Día Mundial de la Lucha contra el Sida. También conocida como Día Mundial del Sida y como Día Internacional de la Acción contra el Sida (propuesta que se hizo para evitar la connotación bélica del término “lucha”), la efeméride busca, ante todo, recordar a cada una de las personas que perdieron la vida por enfermedades vinculadas al virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y también apoyar a todos aquellos que lo padecen.
De acuerdo con datos del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA), ya son 78 los millones de personas que contrajeron el virus y 35 los millones que murieron por enfermedades relacionadas.
ONUSIDA tiene como objetivo para 2030 “poner fin al Sida como amenaza para la salud mundial”, pero a 7 años de que se cumpla dicho plazo, la situación es alarmante, dado que aún hoy hay millones de vidas en riesgo. Solo en la región de Latinoamérica y el Caribe, 2,5 millones de personas conviven con la enfermedad, mientras que el año pasado unas 130,000 personas adquirieron el virus y 33,000 perdieron la vida por causas relacionadas con el sida, según la PAO (Organización Panamericana de la Salud).
Por eso, el lema de este año es “que lideren las comunidades”, un esfuerzo por colocar en la primera línea de la lucha contra el Sida a los grupos de personas afectadas por esta enfermedad.