Esta jornada nace en honor al artista Michael Jackson, quien hizo pública su lucha con esta enfermedad autoinmune. Hoy, más que recordar una figura pública, se busca crear conciencia, derribar prejuicios y construir empatía.
Santo Domingo.- Cada 25 de junio se conmemora el Día Mundial del Vitíligo, una fecha que no solo visibiliza una condición de la piel, sino que también da voz a millones de personas que viven con ella.
Esta jornada nace en honor al artista Michael Jackson, quien hizo pública su lucha con esta enfermedad autoinmune. Hoy, más que recordar una figura pública, se busca crear conciencia, derribar prejuicios y construir empatía.
El vitíligo es una enfermedad crónica que causa la pérdida de pigmento en la piel debido a la destrucción de los melanocitos, las células responsables de producir melanina. Esto da lugar a manchas blancas de distintos tamaños y formas, que pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo.
No es contagioso, no causa dolor físico, pero sí puede dejar cicatrices emocionales, especialmente en contextos donde la imagen personal se valora de forma superficial. Afecta aproximadamente al 1% de la población mundial, sin distinción de edad, género ni raza.
Quienes tienen vitíligo no solo enfrentan el cambio en su apariencia, sino también el juicio social. Miradas curiosas, preguntas incómodas y estigmas pueden volverse parte del día a día. Muchos pacientes reportan haber sufrido discriminación o baja autoestima, especialmente en la adolescencia o en contextos laborales.
Sin embargo, hay algo que cambia con el tiempo: la representación. En los últimos años, modelos como Winnie Harlow han transformado su condición en un símbolo de belleza y aceptación. Historias como la suya muestran que el vitíligo no es un obstáculo, sino una característica única que merece respeto y admiración.
Entender el vitíligo es también entender que cada mancha cuenta una historia. Aceptar la diversidad en la piel es aceptar la diversidad humana. Por eso, en este Día Mundial del Vitíligo, la invitación no es solo a informarse, sino a mirar con otros ojos. A dejar atrás los estigmas, a normalizar lo diferente, a valorar a las personas por lo que son y no por cómo lucen.
Celebrar este día es abrirle espacio a la inclusión, a la conversación y a la dignidad de miles de personas que tienen una piel que, aunque distinta, no deja de ser hermosa.