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Dificultades de la mujer en el mercado laboral

La inserción  de las mujeres en el mercado laboral es cada día mayor, pero aún estamos lejos de alcanzar la equidad.  Las profesiones o tareas que eligen  no son las más demandadas, ni remuneradas en el mercado laboral.

“Cuanto más alto es el puesto, más nítida es la brecha entre dos géneros”.  Las  personas  que rompen el techo de cristal tienen visibilidad.  Las actividades fuera del horario de trabajo: en las tardes, en las noches, los fines de semana son estratégicas para ser visible. Estas actividades han sido creadas para el hombre, ya que las mujeres en ese tiempo cuida de los otros y otras.  El mercado no está pensado para incluir a las mujeres, y las que opta por ascender descuidar la labor familiar.

De manera personal, no veo interés en el mercado de cambiar sus tiempos y adaptarse a las mujeres. Las mujeres o se sacrifican, o no rompe el techo de cristal, en cualquiera de las opciones aparece la culpa que las inmoviliza y la enferma.

Las mujeres son las que se adapta a un mercado laboral creado para y por el hombre.  Los roles del hogar en general, siguen siendo responsabilidad  de las mujeres, la tarea pendiente es entrar el hombre al hogar.

El mercado ha feminizado las profesiones o tareas que no quieren los hombres, las que han perdido el valor y no son tan remunerados.  Las mujeres  se concentran en labores similares a las que realiza en el hogar, (sanidad, educación, servicios atención y personales).  A pesar de ello, los hombres en dichas profesiones eligen las áreas más valoradas.  Por ejemplo: En la medicina, en las áreas de servicios: enfermería, pediatría, ginecología están feminizadas, sin embargo, neurocirugía, trasplantes, cirugía cardiovascular predominan los hombres.

Las mujeres son educadas para ser complaciente y flexibles en su vida y esto lo extrapola al área laboral, las mujeres están más dispuestas al sacrificio.

Es importante considerar las barreras internas y dentro de ellas la educación sexista forma la piedra angular.   A las mujeres se les educa para cuidar, no para desarrollarnos en el mundo tecnológico, ni para dirigir.  Las mujeres no se consideran buenas en la tecnología, es la profecía cumplida.

Lillian V. Fondeur Q.

 

 

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