LONDRES.- El diputado laborista británico Christian Matheson presentó este viernes su dimisión como parlamentario después de que un organismo regulador recomendara su suspensión de la Cámara de los Comunes (baja) al considerarle culpable de haber infringido el código de conducta en dos incidentes «graves» de carácter sexual.
El hasta ahora diputado por la circunscripción de City of Chester comunicó su renuncia a su escaño en un comunicado difundido «online», en el que señala que su decisión obedece a la «publicación de un informe» que le ha encontrado «culpable de mala conducta sexual» contra una antigua colega.
El documento al que alude es al informe hecho público hoy por un panel independiente de expertos -un organismo regulador parlamentario- en el que estos recomendaban su suspensión de la Cámara de los Comunes (baja) del Parlamento británico durante un periodo de «cuatro semanas».
«Desde el comienzo acepté que había cometido una infracción menor del código y había confiado en que un planteamiento honesto y abierto me dejaría en una posición justa», explica el político en la nota.
Agrega que «este no ha sido el caso» y que se siente «consternado» de haber sido hallado «culpable de varias acusaciones que sé que son inciertas».
En su comunicado, Matheson indica asimismo que la sanción de cuatro semanas sugerida por el citado panel le pareció «una sanción injusta y excesiva», ante la que no ha podido recurrir, y por ello cree que «lo honorable y lo correcto» ahora es dimitir de su escaño y buscar «reconstruir» su vida en otro lugar.
Las acusaciones contra el ya exdiputado se originaron después de que este hubiera invitado a una antigua miembro de su equipo a un viaje privado a Gibraltar, revela el diario «Daily Telegraph», una invitación «sexualmente motivada, no deseada y que colocó a la querellante bajo presión y la intimidó», según el informe.
Durante otro evento de trabajo llevado a cabo fuera del entorno del Parlamento, Matheson «enlazó sus brazos con ella; realizó comentarios personales sobre su aspecto mirándola de manera sugerente; le hizo darle la mano al marcharse e insistió en acompañarla a la parada del autobús y, una vez allí, la invitó a su apartamento, la besó dos veces en la frente e intentó besarla en la boca».
El panel de expertos concluyó que «estos fueron avances sexuales no deseados y no bienvenidos».
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