KIEV.– Partidarios de la Iglesia ortodoxa nacional de Ucrania y fieles de la Iglesia ortodoxa rival prohibida recientemente por prorrusa se enfrentaron este jueves en la catedral de San Miguel de la ciudad ucraniana de Cherkasi durante el traspaso del recinto, gestionado hasta ahora por esta segunda denominación, a manos de la primera.
Según un representante de los servicios de emergencias citado por medios locales, 26 personas han sufrido heridas, doce de las cuales han sido hospitalizadas con fracturas y quemaduras en las “membranas mucosas” debido a la exposición a aerosoles lacrimógenos.
Los incidentes se produjeron después de que seguidores de la Iglesia ortodoxa ucraniana subordinada canónicamente al Patriarcado de Moscú forzaran su entrada al templo, donde se congregaba ya para hacer efectivo el traspaso de propiedad de la parroquia una multitud de personas partidarias de la Iglesia ortodoxa nacional de Ucrania, que tiene esa consideración desde 2019.
Anatoli Bondernko, alcalde de Cherkasi -una ciudad del centro de Ucrania de unos 270.000 habitantes situada unos 200 kilómetros al sureste de Kiev-, había pedido a los vecinos en un vídeo publicado en internet que acudieran a la Catedral de San Miguel “a expresar su opinión sobre la existencia de la Iglesia rusa” en el municipio y a rezar “en ucraniano” por el Ejército del país.
Vídeos publicados en canales locales de Telegram muestran a dos grupos enfrentándose dentro y fuera de la iglesia, que es la más importante de Cherkasi. En un vídeo grabado dentro del templo se ven volar bancos de madera y se aprecian también agresiones con palos.
Otras imágenes filmadas fuera del lugar de culto muestran a un pope presumiblemente de la Iglesia ortodoxa prohibida y acusada de prorrusa tirando al suelo a otro hombre vestido de militar al tiempo que fieles de esta denominación rocían con un gas lacrimógeno a quienes defienden al varón de uniforme.
En un tercer vídeo, varios popes y sus seguidores tratan de entrar en el recinto en el que se encuentra la iglesia. Desde el interior, un grupo de soldados de uniforme se lo impide mientras los dos grupos se lanzan recíprocamente gas lacrimógeno.
“El incidente ocurrió durante la mañana del 17 de octubre entre creyentes”, dijo en un comunicado la Policía ucraniana. “Según ha establecido la Policía, un grupo de gente ha cometido actos de vandalismo en el recinto y dentro del templo. A consecuencia de ello, varios ciudadanos han resultado heridos”, explica la nota, que agrega que se ha abierto una investigación contra los alborotadores.
Tras los disturbios, los partidarios de la Iglesia ortodoxa nacional ucraniana que llenaban el templo han asistido a una liturgia en la que se ha entonado el himno ucraniano y se han gritado eslóganes patrióticos.
El Parlamento ucraniano aprobó en septiembre una ley que prohíbe la actividad en el país de toda organización religiosa que tenga lazos con el país agresor. La ley supone la ilegalización de facto de la llamada Iglesia ortodoxa de Ucrania, que aunque dice haber cortado sus lazos con el Patriarcado de Moscú sigue dependiendo de éste desde el punto de vista canónico.
Las autoridades ucranianas consideran a esta iglesia uno de los principales pilares de la influencia rusa de Ucrania. Decenas de popes y monjes de esta denominación religiosa han sido detenidos durante la guerra por colaborar con las fuerzas invasoras rusas. Algunos de ellos han sido incluidos a petición del Kremlin en intercambios de prisioneros entre ambos bandos.
Pese a la aprobación de la ley en cuestión, Ucrania no ha hecho efectiva de manera sistemática la ilegalización de la iglesia acusada de prorrusa. En muchas ocasiones son las autoridades locales las que toman la iniciativa de sacar a sus jerarcas de los templos, que pasan a ser gestionados por la Iglesia nacional ucraniana.
Las escenas de tensión e incluso de violencia son habituales en estos traspasos.