El Ciudadano Ejemplar se levantó tempranito. Y, como siempre, imaginó el flamígero trabuco; las primeras estrofas del “quisqueyanos valientes”; el despliegue de palmas, olivos, biblias, cruces, versículos, dios-patria-y-libertad del escudo; el azul del Caribe y el rojo copiado de la sangre; los héroes y mártires que nos dieron tanta Patria. Y después dio vuelta a la perilla de off y on del televisor: ¡Quedó fulminado allí mismo por una descarga cerrada de take by sale en radical, perfecto y absoluto inglés! (Llegué tarde al lugar de la tragedia. Sólo encontré los despojos de aquel triste caso transcultural).