SANTO DOMINGO.– Papá Liborio, fue un curandero, ocultista, líder mesiánico y revolucionario Nacido en 1876 en San Juan de la Maguana, era hijo de Andrés Mateo y Sacarila Ledesma, agricultores que vivían de la explotación de pequeños predios agrícolas. La figura mesiánica de Olivorio surgió a principios del siglo XX en su pueblo natal.
Cuenta una leyenda que al cumplir los 18 años Oliverio Mateo (Papa Liborio) desapareció inesperadamente por 7 días, nadie sabía de él, hasta que apareció a los 7 días meditando sentado en las tierras de su padre. Este era el inicio de su misión como curandero, profeta y guerrillero. Se presentó como un hombre de barbas largas que se autoproclamó enviado de Dios. Curaba enfermos con un trago de ron y un tomo llamado «Tirindanga», a la vez que exhortaba a la gente a vivir en paz, incentivaba el culto a la Santísima Trinidad y hacía dramáticas profecías.
Fue llamado por algunos de sus seguidores el Maestro o simplemente Papá y se convirtió en una especie de mesías para los habitantes de la región sur de República Dominicana. Su arraigo como líder lo convirtió en fuente de preocupación para los gobiernos de Ramón Cáceres y Eladio Victoria e igualmente fue considerado un peligro por las fuerzas de ocupación estadounidense de la primera intervención militar norteamericana en la República Dominicana.
Entre 1916 y 1922, se enfrentó en 16 ocasiones a las fuerzas de ocupación que detentaban el poder en el país. A partir de entonces, el gobierno de intervención consideró a Liborio el guerrillero más peligroso del país y agilizó los aprestos para darle muerte.
Ese mismo año, Liborio y los soldados regulares libraron en el lugar conocido como «La Aguita» un fuerte combate, el cual dejó un saldo de cientos de muertos y 67 heridos. En esa ocasión, el «Maestro» logró escapar con vida y se atrincheró con más de 200 hombres en la loma Sabrosa, en el noroeste de la república, próximo a la frontera,. En ese último punto, Liborio Mateo fue abatido a tiros el 27 de junio de 1922, al igual que uno de sus hijos.
El asalto fue precisamente en momentos en que Olivorio celebraba los oficios de su culto, ya con sus mochilas listas para cambiar el campamento de sitio. En los disparos cruzados resultaron muertos Olivorio, su hijo Eleuterio Mateo y los nombrados Máquina y Pañero, veganos ambos, según informes.
Se ocuparon en el campo 8 revolveres, 3 carabinas 50-70, 250 tiros, 1 sable y el espadín de Olivorio. El cadáver de Olivorio fue traído a la población y retratado. Mucha gente asistió a verlo, dándosele sepultura en el cementerio de la ciudad.
La secta Olivorista no perimió con la muerte de papá Liborio. Siguió latente en ciertas poblaciones del Sur y en diciembre de 1962, fue la causa de la famosa masacre de Palma Sola, donde los mellizos Ventura tenían una comunidad que seguía esa doctrina.
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