¿Dónde nació Jesús bar María? No creo que nadie se equivoque: en un villorrio de Galilea, llamado Nazaret, un caserío de adobe y ladrillos sueltos de tan pobre significación que no encuentra mención en la biblia hebrea ni en los relatos del cronista oficial del imperio romano y experto en la génesis del judaísmo, Flavio Josefo.
El infante nació marcado con dos limitaciones que ante los ojos de los judíos lo invalidaban para la trascendencia: carecía de linaje en una sociedad en la que la ocupación a desempeñar venía determinada por la casta a la que se perteneciera, y dos, tenía el handicap de ser hijo de una madre soltera. No había certeza sobre el padre, lo que abrió trillo a a toda suerte de especulaciones.
En su obra El Zelote, Reza Aslan, uno de los biógrafos más acreditados de Jesús de Nazaret, narra, por ejemplo, que “Celso, un escritor del siglo II, relata una insidiosa historia que declara haber oído a un judío palestino que a la madre de Jesús la habría dejado embarazada un soldado llamado Pantera. La historia de Celso tiene una intencionalidad tan claramente polémica que no se puede tomar en cuenta. Sin embargo, indica que menos de cien años después de la muerte de Jesús, los rumores acerca de su nacimiento ilegítimo ya circulaban por Palestina”.
El autor se pregunta: ¿Por qué, entonces Mateo y Lucas —y sólo Mateo (2:1-9) y Lucas (2:1-21) insisten en que Jesús no nació en Nazaret, sino en Belén, aún cuando la palabra Belén no aparece en otra parte del Nuevo Testamento (Ni en ningún otro escrito de Mateo o Lucas, mientras que ambos se refieren reiteradamente a Jesús como el Nazareno, salvo por un sólo versículo en el Evangelio de Juan”.
La explicación de añadidos convenientes, que algunos eruditos no encuentran en copias más antiguas de los mismas narraciones bíblicas está en la voluntad del Imperio Romano, de crear un híbrido entre la tradición judaica y la versión paulista de la prédica de Jesús, a la que posteriormente terminó llamándose cristianismo.
El Mesías que aún esperan los judíos tenía una vinculación directa con al casa de David, el que vino carecía de las características del rey que aguardaban.
Aslam sostiene que “Mateo no situó a Jesús huyendo a Egipto para escapar de la matanza de Herodes porque eso hubiera sucedido, sino porque así se cumplían las palabras del profeta Óseas: “Y de Egipto llamé a mi hijo”(Oseas 11:1). La historia no está pensada para revelar ningún hecho acerca de Jesús, sino para revelar su verdad: que Jesús es el nuevo Moisés, que sobrevivió a la matanza de los hijos de los israelitas decretada por el faraón, y salió de Egipto con una nueva ley de Dios (Éxodo 1:22)
“Lucas situó el nacimiento de Jesús en Belén, no porque tuviera lugar allí, sino por las palabras del profeta Miqueas: “Pero tú, Belén (…). De ti me saldrá el que será Señor en Israel” (Miqueas 5:2). Lucas quiere significar que Jesús es un nuevo David, el rey de los judíos, sentado en el trono de Dios para gobernar la Tierra Prometida.
“Dicho de manera sencilla, las narraciones de la infancia de Jesús de los evangelios no son acontecimientos históricos, ni fueron concebidos para que se leyeran como tales. Son afirmaciones teológicas sobre la condición de Jesús como el ungido de Dios. El descendiente del Rey David. El mesías prometido”.